He podido leer en la Prensa que, a partir de ahora, los ciudadanos podremos tener acceso al Parlamento para conocer los trabajos que dentro y fuera del hemiciclo realizan sus señorías y los beneficiosos sueldos que consiguen cada mes.
Los cargos públicos ascienden a 445.568, el mayor número de la Unión Europea; el doble que Alemania, con 80 millones de personas y 1/3 más que Italia… Igualmente se impone que las votaciones sean públicas para que no haya nada que ocultar a los contribuyentes.
Si lo que esta medida pretende es tener conocimiento de quiénes se acercan a la política por vocación de servicio y quiénes para forrarse, podríamos reconocer que algo vamos avanzando… aunque se queda corta.
No podemos eliminar a los deshonestos que llegan a la política simplemente porque los ciudadanos no tenemos la oportunidad de hacerlo. Los Partidos presentan listas cerradas en las que cabe la posibilidad de que sean colocados en puestos de salida personajes que se han impuesto por prácticas similares a las de la mafia italiana, o lo que viene a ser igual, por lo que se ha dado en llamar intereses de Partido. Intereses que nada tienen que ver con sus posibilidades de ganar elecciones (que sería lo comprensible) sino más bien con conseguir personajes capaces de financiar campañas electorales.
Me pregunto: ¿si disminuyéramos los cargos políticos a la mitad, disminuiría el déficit del Estado lo suficiente como para que no fueran necesarios los recortes en Educación y Sanidad? Estaríamos al mismo nivel representativo que los alemanes…
Muchas veces nos preguntamos ¿por qué los jóvenes participan poco o nada en los comicios electorales, y salen indignados a las calles pidiendo democracia? La respuesta es fácil de adivinar: No se sienten representados por los Candidatos impuestos en las listas electorales. La juventud es revolucionaria, en el mejor sentido de la palabra, y necesita poder elegir alguien que represente los valores en los que ellos creen.
Nuestra democracia no estará completa mientras no podamos elegir uno a uno nuestros representantes políticos.
Para seguir avanzando en buena línea, el Gobierno debería presentar un proyecto de Ley “Un Político, un voto y un solo sueldo” En tiempos de acuciante crisis, podría servir para aliviar las cuentas del Estado ya que la ley de incompatibilidades les permite realizar trabajos fuera del Parlamento.
A su vez ayudaría a los militantes de todos los Partidos políticos a dejar de pensar que en cada Partido solo hay unos pocos miembros inteligentes que ocupan todos los cargos de responsabilidad política y los demás son los tontos contribuyentes que tiran del carro.