¿De veras es posible todavÃa la pretendida “Alianza de Civilizaciones†en medio de un choque de civilizaciones?
Alianza de Civilizaciones… Hagamos memoria: la Batalla de Lepanto
En este momento que escribo se cumple un nuevo aniversario de la Batalla de Lepanto, tal dÃa como hoy, el 7 de octubre de 1571 tuvo lugar una batalla naval en el golfo de Lepanto, entre el Peloponeso y Epiro, en ella se enfrentaron los turcos otomanos a una coalición cristiana, llamada la Liga Santa, integrada principalmente por los Estados Vaticanos, la República de Venecia y la monarquÃa española de Felipe II.
La coalición católica, dirigida por Juan de Austria (hermano bastardo del Felipe II) resultó vencedora.
La civilización occidental judeocristiana acabó de ese modo con la expansión otomana y frenó el cada vez mayor dominio del Mediterráneo por parte de los turcos, además provocó que los corsarios y piratas aliados de los otomanos abandonaran sus ataques y continuos saqueos en la parte occidental del Mediterráneo.
En la batalla de Lepanto participó Miguel de Cervantes, que fue herido y perdió la movilidad de su mano izquierda, lo que le valió el sobrenombre de «manco de Lepanto».
Miguel de Cervantes, muy orgulloso de haber combatido en ella, la calificó como «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros»
Sin embargo, en España los problemas con los musulmanes no acabarÃan hasta el reinado de Felipe III… que decidió expulsar definitivamente a los musulmanes, tras revueltas y más revueltas, de las cuales las más importantes fueron la de las Alpujarras en 1501, la de Valencia en 1525 y la de Granada en1568, ayudados y armados por los turcos y por los musulmanes del norte de Ãfrica; durante el reinado de Felipe II el islam fue una amenaza para la corona española, tanto dentro como fuera de las fronteras.
Y ahora, regresemos al siglo XXI, a 2016
La tragedia que está teniendo lugar en Siria que ha supuesto ya la muerte de alrededor de medio millón de personas y la huida de más de cinco millones expulsadas de sus hogares buscando refugio en Europa en los últimos cinco años, demuestra que las principales potencias mundiales y las diversas organizaciones internacionales responsables de preservar la paz en el mundo están fracasando estrepitosamente cuando emprenden guerras preventivas, o deciden intervenir supuestamente para frenar los más de cincuenta conflictos bélicos existentes en el mundo de forma permanente, sean de baja, media o alta intensidad…
Intervenciones militares
Inevitablemente todo ello nos lleva a preguntarnos: ¿Es correcto, justo, legÃtimo que la principal potencia económica, militar, polÃtica del mundo –Estados Unidos de Norteamérica- o las restantes principales potencias, o la ONU intervengan como “policÃas†para poner orden allà donde hay guerras de mayor o menor intensidad, y en las que siempre el principal perdedor es la población civil?
¿Es aceptable que se realicen intervenciones militares para impedir que bandas armadas, terroristas inspirados por ideas terribles se acaben haciendo con el poder, derroquen a los gobernantes (hayan sido o no elegidos democráticamente) e intenten imponer regÃmenes totalitarios, liberticidas, tiránicos que, entre otras cosas acaben llevando a cabo “limpiezas étnicasâ€, masacrando a los disidentes, a las minorÃas religiosas, a los homosexuales, realizando traslados forzosos de una parte importante de la población, etc. etc.?
¿Es correcto que algún paÃs con un enorme poder militar intervenga, se inmiscuya, se entrometa en la forma de vida de otros paÃses con el pretexto de proteger a las pobres vÃctimas de los gobernantes que llevan a cabo polÃticas tiránicas, asesinas, de exterminio, genocidas; y de paso intentar implantar regÃmenes democráticos, democracias liberales, con separación de poderes y en las que los gobernantes sean elegidos por los ciudadanos, a la manera de los regÃmenes polÃticos existentes en el llamado “mundo occidental†o “mundo desarrolladoâ€?
La polÃtica exterior de los EEUU durante el siglo XX y lo que ha transcurrido del XXI, ha estado sometida constantemente a bandazos, dependiendo de si el gobierno era “demócrata†o era “republicanoâ€, y especialmente desde la segunda guerra mundial en adelante.
Aunque serÃa faltar a la verdad si afirmamos que a lo largo del tiempo ha habido “polÃticas exteriores demócratas†y “polÃticas exteriores republicanas†claramente diferenciadas, pues la polÃtica exterior estadounidense ha estado influida en cada momento por la personalidad del presidente de turno, aparte de los momentos que se vivieron a escala mundial en cada periodo…
Aunque, para asombro de desinformados, en contra de lo que muchos puedan pensar las polÃticas exteriores emprendidas por los diversos presidentes “demócratas†siempre han sido más belicosas que las de los “republicanosâ€, los presidentes supuestamente progresistas “casualmente†han sido los más militaristas e intervencionistas.
En la polÃtica exterior norteamericana hay un antes y un después respecto de la caÃda del muro de BerlÃn y la desaparición de la “guerra frÃaâ€
Cuando desaparece el régimen soviético. A partir de ese momento (1.989) los EEUU se convierten en la única potencia mundial desde el punto de vista militar, lo cual llevó a algunos a pensar que sus diversos gobiernos a partir de entonces acabarÃan promoviendo polÃticas cada vez más intervencionistas en el extranjero, con el pretexto de liquidar los diversos regÃmenes no democráticos existentes y para consolidar los que aún no eran demasiado sólidos y expandir la economÃa de libre mercado…
Sin embargo no ha sido asÃ, aunque haya habido excepciones; pues entre otros muchos factores siempre ha revoloteado el fracaso estruendoso de la guerra de Vietnam sobre todas los gobiernos norteamericanos hasta nuestros dÃas.
Tampoco podemos olvidar que en la era de la información y de la globalización, por mucho que se traten de ocultar, o tergiversar determinados asuntos, o manipular a la opinión pública, lo que los diversos gobiernos realicen en el exterior acabará influyendo en futuras elecciones y determinadas actitudes pueden decidir quiénes acaban ganando o perdiendo la votación para presidir los EEUU.
Es por ello que los EEUU y sus aliados estuvieron indecisos y acabaron interviniendo demasiado tarde en la guerra de los Balcanes, en la última década del siglo XX, cuando se desmembró y se hizo trozos la antigua Yugoslavia. Hasta tal punto se retrasaron que cuando decidieron actuar ya se habÃa producido una enorme tragedia, un verdadero exterminio especialmente en Bosnia-Herzegovina…
Lo mismo pasó en Ãfrica con el genocidio de Ruanda por la guerra entre los tutsis y los hutus en el que los segundos acabaron matando a más del 75 por ciento de los primeros, en el año 1.994.
Transcurrido el tiempo las diversas administraciones norteamericanas acabaron interviniendo en múltiples conflictos bélicos, con pretextos diversos, y dejando a un lado sus reservas e indecisiones: Irak, LÃbano, Libia, Siria… Generalmente con el objetivo de combatir el terrorismo islámico, unas veces de forma “preventiva†(dicen que la mejor defensa es emprender un buen ataque) otras como represalia, como fueron las acciones emprendidas tras el ataque a las torres gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2.001.
Según afirman algunos estudiosos, como ya he citado anteriormente, en el mundo hay de forma permanente alrededor de cincuenta lugares en los que existen guerras de baja, media o alta intensidad, el mayor o menor conocimiento que se tiene sobre ellas por parte de la gente corriente se debe fundamentalmente a si los medios de información y creadores de opinión las consideran “noticia†y deciden abrir o no los telediarios hablando de ellas, o por el contrario, ocultarlas o hablar como mucho de pasada.
Si a alguien de buena voluntad se le pregunta que si le parece bueno, positivo, necesario que haya una especie de “gobierno mundial†con su correspondientes ejércitos y policÃas, para que intervengan allà donde sea necesario, para evitar guerras, destrucción, hambre, enfermedades, y un largo etc., es seguro que contestarÃa que le parece estupendo, salvo que sea un canalla.
Es por ello que siempre habrá ciudadanos que justifiquen que los ejércitos de sus paÃses se involucren, se impliquen e intervengan para poner orden en lugares como Siria de la cual todos los dÃas nos hablan en la televisión, y nos muestran imágenes de personas muertas y heridas, niños y niñas huérfanos, gente y más gente huyendo (los llamados “refugiadosâ€) debido a las atrocidades que comete el llamado “estado islámicoâ€, es lógico que la gente piense que lo mejor serÃa intervenir y acabar con quienes han destruido sus casas, matado a familias, etc. y que los refugiados puedan algún dÃa regresar a su tierra de origen.
Todo ello pese a que nadie quiere asumir el coste de que irremediablemente habrÃa de soldados españoles, europeos, estadounidenses, rusos, etc. que morirÃan en tales intervenciones, de soldados que nunca regresarÃan o lo harÃan en ataúdes.
El dilema sigue abierto, pues son muchos los factores que influyen en conflictos bélicos como el de Siria: religiosos, polÃticos, económicos, odios de años, siglos. No es tan sencillo como puede parecer; baste tener en cuenta que allà no se está librando una guerra, sino muchas guerras, y muchos son los contrincantes y combatientes: rusos, sirios partidarios del actual gobierno, sirios rebeldes, “yihadistas†de muchas clases, chiitas, sumnitas, iranÃes, kurdos, árabes, norteamericanos…
Alianza de Civilizaciones ¿?: Samuel Phillips Huntington nos hablaba hace ya unas cuantas décadas (1.993) de “Choque de Civilizacionesâ€
Anticipaba por entonces que el “choque de culturas†derivarÃa en una “guerra de civilizaciones†que, a su vez acabarÃa provocando una reconfiguración del orden mundial; también auguraba con rotundidad que el “nuevo orden mundial†post-guerra frÃa acabarÃa provocando grandes conflictos, especialmente en las fronteras entre el mundo occidental judeocristiano y el mundo musulmán.
En su momento todo ello le pareció a mucha gente exagerado, pero, todo se ha ido cumpliendo casi al pie de la letra, desde la guerra de Irak.
Y mientras tanto, Europa está distraÃda, de fiesta en fiesta, ignorando el enorme riesgo de inestabilidad que suscita la militancia y el creciente poder de las civilizaciones no occidentales.
Europa ha mutado del Homo Sapiens al “Homo Festivusâ€. Europa está entretenida, de fiesta en fiesta, ignorando el desafÃo demográfico (en el año 2025 más del 25% poblacional mundial será musulmana) y el desafÃo económico de otras civilizaciones (posiblemente, también en el 2025 Asia incluirá a más de media docena de las economÃas más fuertes del planeta).
Europa necesita un nuevo Lepanto, no una Alianza de Civilizaciones
Y, a pesar de ello los trovadores y predicadores del multiculturalismo y de “la alianza de civilizaciones†no paran de hablarnos de que nos encaminamos, de que vivimos ya en el mejor de los mundos posibles, el imperio de los derechos humanos, un mundo global donde todas las voces son escuchadas, todas las creencias reconocidas y respetadas, en el que ya no caben discriminaciones de ninguna clase.
La paz eterna, una civilización universal, la “era común†en la que ya no habrá racismo (porque no habrá razas) no habrá sexismos (porque no habrá sexos)… Nos hablan de un mundo poblado por “socialdemócratas†pacÃficos, participativos, tolerantes, festivos…
Y mientras en Europa se impone el pensamiento débil, ahà afuera se está librando un tremendo choque de civilizaciones, de civilizaciones arraigadas en religiones, que casi inevitablemente acabarán dominando la polÃtica a escala mundial.
Casi cuatro siglos y medio después de la Batalla de Lepanto, Europa aunque muchos “progresistas†no lo quieran ver, necesita un nuevo Lepanto, una nueva Liga Santa que frene la invasión islámica a la que entonces hubo que hacer frente para la defensa de la Europa, de la Civilización Judeocristiana.
Y ya para terminar, permÃtaseme preguntar:
¿Es posible realmente exportar a determinados lugares del mundo la forma de vida occidental, con economÃa de libre mercado, separación de poderes, elecciones parlamentarias, respeto a los derechos humanos, cuando en esos lugares su forma de vida, su cultura, su civilización es absolutamente diferente a la judeocristiana, e incluso nos consideran una forma de vida degradada, perversa, o el enemigo a quien consideran legÃtimo destruir?
¿Es posible la “Alianza de Civilizaciones†en medio de una guerra de civilizaciones?