La alienación parental constituye una de las formas más crueles de maltrato a la infancia.
Acerca de cómo algunas madres y algunos padres mantienen a sus hijos como rehenes y les lavan el cerebro, los programan para que acaben odiando al otro progenitor
- Han sido muchos los cambios que ha experimentado la familia convencional, la familia tradicional en España y en la mayorÃa de los paÃses de nuestro entorno cultural en las últimas décadas; en España hemos pasado de que el divorcio fuera una cuestión anecdótica, marginal a ser el paÃs europeo con mayor número de rupturas matrimoniales cada año; según las estadÃsticas de los últimos años en España se producen más de 100.000 rupturas de pareja cada año (ha habido años que se han superado las 130.000) siendo alrededor de 600.000 las que ocurren en la U.E
- Por todo ello el poder legislativo ha ido creando normas para adecuar el Derecho de Familia a la nueva realidad.
Y, siempre que se emprende alguna reforma en este ámbito, cuando se enuncian objetivos, cuando se hacen declaraciones de intenciones, siempre se habla de tratar de “preservar el favor filiiâ€, el interés superior de los menores, también se suele añadir por parte de quienes proponen dichos cambios en el Derecho de Familia que se ha de procurar garantizar el derecho fundamental de los menores a tener relaciones adecuadas, frecuentes, de calidad con su madre y con su padre, asà como la familia extensa de ambos progenitores, salvo que haya un riesgo cierto de maltrato, abandono o desamparo…
Sin embargo, acaba comprobándose que son muchas, demasiadas, las situaciones post-divorcio en las que uno de los progenitores tiende a obstaculizar las estancias y la comunicación de los hijos con el otro; estoy hablando de cuando el progenitor conviviente, el progenitor custodio hace todo lo que está al alcance de su mano –y de su imaginación- para boicotear de manera más o menos sutil la relación de los hijos con el progenitor no custodio.
Cuando la acción obstruccionista es continuada, constante, perseverante, acaba derivando en lo que se conoce como Alienación Parental
- Se trata de una de las formas más crueles de maltrato a la infancia.
- Este fenómeno es relativamente desconocido en España, a pesar de que produce en los menores un profundo desequilibrio psico-afectivo, causándoles un gravÃsimo daño en la mayorÃa de las ocasiones irreparable.
No es mucha la bibliografÃa existente en España acerca de la Alienación Parental, en Internet se puede acceder a traducciones diversas de textos principalmente angloamericanos.
Lo primero que se publicó en lengua española fue una tesis doctoral, cuyo autor es Ignacio Bolaños Cartujo, experto psicólogo forense con bastantes décadas de experiencia. El Doctor Bolaños realizó un estudio que lleva por tÃtulo “Estudio Descriptivo del SÃndrome de Alienación Parental en los procesos de separación y divorcio, diseño y aplicación de un programa piloto de Mediación Familiarâ€, pese a haber transcurrido varios lustros desde su publicación, por desgracia este estudio ha pasado desapercibido para los profesionales de la PsicologÃa, de la PsiquiatrÃa y por supuesto es completamente desconocido para los que supuestamente deben velar por el cumplimiento de los derechos de la infancia se llamen trabajadores sociales, fiscales de familia, jueces de familia y ordinarios, y también para quienes integran los departamentos de los diversos gobiernos regionales encargados de proteger a la infancia de situaciones de maltrato, abandono o desamparo, y un largo etc.
Fue en noviembre de 2004 cuando se dio a conocer un estudio elaborado por expertos de los juzgados de familia de Cataluña acerca del SÃndrome de Alienación Parental (SAP ) y su incidencia en los procesos de separación y divorcio
Este informe recibió el primer premio de las Segones Jornades de PsicologÃa JurÃdica organizadas por la Universitat de Barcelona.
Una de las principales conclusiones del estudio es la de que el 73% de los progenitores alienados son padres de entre 36 y 45 años, ya que por “tradición legal y cultural†la custodia de los hijos se otorga mayoritariamente a las madres.
Un 61,4% de los progenitores que promueven alienación obstaculizan de manera directa el contacto de los padres (o madres) con sus hijos.
Otro dato no menos relevante es que en los casos analizados, el grado de incumplimiento del “régimen de visitas†por parte del progenitor alienador es superior al 70%, y que las medidas judiciales emprendidas acaban resultando ineficaces.
En lo que se refiere a niños afectados, el SAP suele estar presente preferentemente en menores de entre 10 y 12 años, es decir, en la etapa de mayor capacidad de pensamiento independiente y presencia de emociones polarizadas e intensas.
Tampoco tiene desperdicio la conclusión de que la “instancia judicial†acaba convirtiéndose en un elemento más del sÃndrome y por tanto colaborador necesario para que el progenitor alienador prosiga y refuerce la manipulación sobre los hijos, colaboración y apoyo de los que el progenitor alienador es perfectamente consciente.
Una de las medidas que se proponen, es la intervención de profesionales especializados desde el primer momento de las separaciones para evitar por todos los medios esta manera de maltrato institucional a la infancia.
¿Qué es el SÃndrome de Alienación Parental?
El SÃndrome de Alienación Parental fue descrito en 1985 en los EEUU por el Dr. Richard Gardner, experimentado psiquiatra infantil y forense, profesor de la Universidad de Columbia-Nueva Cork:
“La Alienación Parental es un proceso mediante el cual un hijo es programado para conseguir que acabe odiando a uno de sus padres. Cuando el sÃndrome se acaba instalando en el menor, éste acaba actuando de forma autónoma y contribuye por su cuenta a la campaña de denigración del padre alienadoâ€.
Generalmente, y sobre todo en los casos de SAP severo, suele ir acompañado de denuncias falsas por abuso sexual sobre menores, de negligencia, de maltrato fÃsico y psÃquico, e incluso de falsas denuncias de maltrato marital, y más aún: el progenitor alienador acaba en algunos casos acusando al progenitor alienado de estar practicando el SAP para intentar confundir, complicar, dilatar y enredar todavÃa más el proceso…
Factores Identificadores del SAP
Dependiendo de la gravedad del SAP, un menor puede que se alÃe con el progenitor alienador en una campaña de denigración contra el progenitor “dianaâ€, con una participación activa del propio hijo. Las “racionalizaciones†para despreciar y rechazar al progenitor diana son generalmente débiles, frÃvolas, triviales y absurdas. El hijo afirma que la decisión de rechazar al progenitor alienado es suya propia, que nadie le ha influido. El hijo no mostrará remordimiento por sus sentimientos hacia el progenitor odiado. Se darán también “escenificaciones prestadasâ€, los relatos del niño son referentes a situaciones y asuntos de adultos y expresados con vocabulario adulto, obviamente inculcados por el progenitor alienador. La animosidad se extiende a toda la familia extensa del progenitor alienado y cuantas personas guarden relación con el mismo…
Este tipo de actuaciones es ya un instrumento muy usado para ganar la custodia en España. Un progenitor, madre o también padre, que obstruye o interrumpe la comunicación y las estancias con el otro progenitor incurre en delito de desobediencia, y podrÃa ser sancionado, sin embargo son escasos los precedentes de que esto llegue a ocurrir en nuestro paÃs. A lo más se enjuicia esa desobediencia en un juicio de faltas. El juzgado usualmente se limita a motivar que esta medida no beneficiarÃa al niño… Para evitar problemas, el progenitor alienador dirá que “es que mi hijo no quiere ver a su padre/madreâ€. Un funcionario del Juzgado (del Gabinete Técnico Psico-social, por ejemplo) entrevistará al hijo e informará de que ha confirmado que no quiere ver al padre o a la madre. Los deseos del chico/a serán tomados en consideración y se pararán las visitas. El progenitor alienador estará salvado, el juzgado dispondrá de una solución rápida y sencilla, la cual no suele coincidir con la más justa. El padre/madre perderá probablemente el contacto durante muchos años, hasta que el hijo sea lo suficientemente mayor para ser independiente del progenitor que ha fomentado ese rechazo.
¿Cómo tratar el SÃndrome de Alienación Parental?
La única salvación para el hijo, en los casos graves de alienación severa, es el cambio de custodia, que, en principio puede resultar conveniente adoptar con carácter temporal. El carácter definitivo de esta medida habrá de depender del comportamiento del progenitor alienador. Esta medida deberá ir acompañada de un tratamiento psicológico, en el que habrá que tener en cuenta posiblemente la falta de colaboración del hijo o incluso su negativa total a ello. Si el traslado de los hijos con el progenitor alienado fuera difÃcil o especialmente complicado, se puede considerar un programa de transición, que incluya también una nueva residencia igualmente de transición, todo ello por supuesto supervisado por los tribunales y personal experto. Esa medida no serÃa necesaria en los casos leves y moderados de alienación, en los que una labor terapéutica, empezando por la del propio juez, puede resultar una reacción efectiva para evitar un distanciamiento y rechazo más persistente y difÃcil de corregir sin necesidad de acudir a los indicados métodos más agresivos, al menos, inicialmente para el menor
A la vez que todo lo anterior, el tribunal deberÃa advertir al progenitor alienador de que toda clase de obstrucción o boicot al tratamiento y al régimen de visitas, será puesto en conocimiento del juez e inmediatamente sancionado.
El lugar de transición puede ser la casa de un amigo, de algún conocido de la familia, e incluso una casa de acogida.
El progenitor alienador retomarÃa el contacto con el hijo cuando hubiera total seguridad de que no hay riesgo alguno de reprogramación o de que la acción alienadora se reanude.
Este tipo de conducta obstruccionista, de boicot, con la intención de que un hijo acabe rompiendo todos los lazos que le unen a su papá (a veces, las menos, a su mamá) es un instrumento muy usado, con demasiada frecuencia, en los pleitos de divorcio para conseguir la guarda y custodia exclusivas en España.
Más de uno que haya llegado hasta estas últimas lÃneas dirá que si una madre –o un padre- incurre en delito de desobediencia a la autoridad judicial, incumpliendo el régimen de comunicación y estancias previsto en el llamado “convenio regulador†el juzgado deberÃa intervenir y sancionar a la mamá o el papá alienador; pues aunque parezca increÃble no hay ningún precedente de que esto haya ocurrido nunca en España, la madre alienadora (o el padre alienador) nunca será sancionada, ni se le tratará de disuadir, el juez y el fiscal dirán que si intervinieran de alguna manera no beneficiarÃa al o los menores, e incluso llegarán al extremo de afirmar que si el hijo no quiere ir al encuentro de su papá ¡Por algo será!…
Si el papá insiste, es posible que el padre, la madre y el hijos sean derivados a los denominados “Equipos Técnicos Psicosociales†(ilegales por cierto, aunque ese es un asunto que darÃa para otro artÃculo) las “expertas†del mismo dirán que el niño no quiere ver al padre y que se tomen en cuenta por el juzgado los deseos del niño, y como pueden suponer, las “visitas†serán interrumpidas. La mamá alienadora, a partir de ese momento, dispondrá de una coartada legal y el padre perderá todo contacto con su hijo durante muchos años, y tal vez, aunque no es lo más frecuente por desgracia, el niño nunca más volverá a tener contacto con su papá y la familia paterna hasta que sea adulto y se independice de la madre.
Pues, aunque también les resulte increÃble, en España esta forma cruel, perversa de maltrato a la infancia no es considerada delito; y tampoco les extrañará si les digo que hay juristas de “reconocido prestigioâ€, que actúan al dictado del lobby feminista de género, que afirman sin ruborizarse que el SAP no existe, que es un invento de machistas, maltratadores y cómplices de maltratadores…
Para saber más, aparte de la más arriba mencionada tesis del Doctor Bolaños, les recomiendo lean “SÃndrome de Alienación Parental. Hijos manipulados por un cónyuge para odiar al otroâ€, de José Manuel Aguilar Cuenca, Editorial Almuzara, 2004.