Francisco Vélez Nieto
“Los supervivientes no somos los verdaderos testigos. Los auténticos testigos, aquellos en posesión de la verdad inconfesable, son los ahogados, los muertos, los desaparecidos.”
– PRIMO LEVI
En estos tiempos que corren bajo la amenaza por una explosión de masa y poder alienado y enloquecido, portavoz de un populismo antisemita que pretende despertar, si alguna vez estuvo muerto o solamente silencioso, la historia real de una epopeya diplomática que nos ofrece Martín Alarcón de la obra humana sobre las vivencias experimentadas en su vida el diplomático español Ángel Sanz-Briz. Humano, demasiado humano, que salvó a miles de judíos de los campos de exterminios nazis. Testimonio real que ha publicado Ediciones B con el acertado título El Ángel de Budapest, todo un pulso contra el delirio y la locura en una narración tensa y sobrecogedora.
Acertada y justa actualidad, cuando son verosímiles y necesarias dichas exposiciones de urgencia al mostrar tragedias reales, para que al menos sean toque de atención y compromiso, conciencia ética de un ser humano que salvó de la muerte a 5.000 judíos del inolvidable Holocausto. Capítulo de recuperación histórica de una vida ejemplar promovido por el pulso sostenido durante todos los años de tragedia de los judíos de Hungría, teñida de sangre por el fanatismo de unos locos criminales bajo el endemoniado signo del fascismo, que en los tiempos que corren obligan a meditar sobre el estado ambiental que se respira en nuestra sociedad. Capítulo del pasado, que ya se anuncia como posible y cercano presente balanceándose sobre nuestras cabezas incitando a las masas a obedecer y actuar.
Recuerdo tiempos de la posguerra española, no borrados de mi memoria la de aquellos viejos republicanos derrotados, que se reunían en la huerta de Farruco, junto a la rivera del Gran Betis de la Bética. Uno de estos republicanos ya me contó capítulos reales del Holocausto. Aquella escalofriante desdicha exterminadora de un pueblo que representó para su perennidad la cultura más sólida de occidente. Unos años después, la asfixia involuntaria que respiraba me llenó de coraje y astucia para abandonar tan oprimido país. Iniciar un largo viaje en 1960 hasta la ciudad de Frankfurt/ Main, Allí inicié una década libre y democrática en la que tanto aprendí. Historia viva y sin censura de la masacre hitleriana administrada por Eichmann, me fue adentrado en la tragedia, lecturas, charlas conferencias, museos circulantes mostrando muestras de los restos de tan escalofriante horror. Fue allí, donde se inició mi larga y no terminada marcha sobre este capítulo de nuestra historia del siglo XX. Mis lecturas se sucedieron con autores muy diversos de prestigio, entre ellos una parte de la obra literaria del español Jorge Semprún.
“Cuenta el joven Thomas E.Konrad 16 años de un despacho a otro o esperando de la sede Sip utaca, donde trabaja como mensajero, esperando los encargos que les mandas sus jefes del consejo Judío de Budapest, con su estrella amarilla cosida al pecho y un permiso especial en su carta para poder ir de un lugar a otro de, la ciudad incluso en las horas de estado de sitio. Los nazis ya desfilaban por las calles desde hacía un mes que tomaron la capital de Hungría”
Muestra digna y emocional, humana, comprometida consigo mismo, el valor humanista frente a la barbarie, la insistencia, empleado un amplio ejemplo de su capacidad diplomática en unos tiempos en los que hacer frente a la crueldad del antisemitismo significaba jugase la vida y la de sus familiares frente a la brutalidad del fanatismo. “Las autoridades húngaras honraron al español esta semana dedicando una avenida en Budapest con su nombre El diplomático español se volcó en salvar al mayor número de judíos expidiendo pasaportes con el conocimiento del gobierno de Franco él quiso otorgarle el título de Justo entre las Naciones en 1966 pero tuvo que rehusar por orden del régimen franquista, que no mantenía relaciones con el estado israelí”
Luego no es asunto baladí esta frase para cerrar la crónica “Cuidado que es un fantasma tenebroso que anuncia su llegada con el sarcástico juego de la palabra democracia.” No juguemos con las palabras ni comentemos que, ya será menos, el otro, Hitler, empezó de sargento y pretendiendo ser un pintor de poca monta. El populismo crece a una velocidad alarmante al respaldo de la democracia. Estados Unidos, con un nuevo gobierno populista y xenófobo puede ser la bárbara gran prueba, la más difícil en uno de los sistemas democráticos de controles y equilibrios más sólidos y antiguos, que todavía no ha conocido las terribles dictaduras (de derechas y de izquierda), que ha sufrido la Europa de nuevo amenazada.
Francisco Vélez Nieto