EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Bueno, ya se ha solucionado el asunto de los controladores aéreos, el laudo, por cierto ¿laudo viene de láudano? Lo pregunto por aquello de que el láudano sirve para mitigar el dolor y yo creo que este laudo deja los bolsillos de los controladores totalmente exentos de cualquier alteración física.
Doscientos mil euros de media de sueldo anual, menos de lo que venían percibiendo y que sus representantes sindicales negaban en diciembre, es lo que vendrán a cobrar, ¡”angelicos” míos! ¡¿Cómo van a vivir con tan poco dinero?! De todos modos siguen siendo un buen partido para las mozas en edad de merecer. Yo recuerdo que en mis tiempos, en la prehistoria, las mamás querían que su hija se casara con un hombre que fuera “muy trabajador”. Los tiempos cambiaron y ya las madres querían casar a sus hijas con un médico, con un ingeniero o con cualquier otro que tuviera una “carrera”. ¡Hasta nosotros, los “chupatintas”, los contables, también éramos objeto de la fijación de las madres, cuyo único afán era encontrar un “buen partido” para sus hijas!
Pero como antes he dicho los tiempos van cambiando y ahora ese interés de las madres se centra en casar a sus hijas con un controlador aéreo y creo que aciertan, ganar en estos tiempos más de treinta millones de las antiguas pesetas al año como van a ganar los controladores es algo que no está al alcance de todos por mucha “carrera” que se tenga.
En cualquier caso me alegro por los controladores porque de ellos sigue siendo el reino de los cielos porque el reino de los cielos ya no es para los pobres desgraciados sino para los afortunados. Digo esto porque ellos, los controladores, son los que dirigen el “tráfico” en el cielo. Nunca mejor dicho.