He visto casi todas las películas de Meryl Streep. Podría decir que es mi actriz favorita. Aunque personifique a una monja autoritaria o a una frívola diseñadora de modas, siempre termino por quererla o “justificarla”.
Hace pocos días, leí que ya está en rodaje el nuevo film que protagonizará y se me puso la piel de gallina.
El sólo recuerdo de la “señora” (con minúsculas) Thatcher, me retrotrae a un capítulo oscuro de nuestra historia, que nos ha dejado una cicatriz indeleble en el alma.
Intuyo que esta vez, ni la ductilidad artística de la talentosa M.Streep podrá hacerme cambiar de opinión.
Supongo que intentarán dulcificar el personaje: parece que en una escena se verá a la Primer Ministro entre lágrimas, dudando acerca de la necesidad del hundimiento del crucero General Belgrano (en el que entonces murieron más de trescientos veinte jóvenes argentinos inocentes). Serán lágrimas de celuloide: Una mujer que entabla una guerra niega su condición de mujer, declara la muerte en lugar de la vida.
Me resisto a volver a ver a La Dama de Hierro (aunque se trate de Meryl maquillada). Quizás me pierda otra de sus estupendas interpretaciones, que le valga una nueva nominación al Oscar.
Prefiero quedarme con mis propios recuerdos juveniles de aquellos largos e inciertos días del año ’82. Y con la imagen de los soldaditos argentinos que he reiterado en cada aniversario.
Mis post anteriores sobre Malvinas:
http://gracielabello-art.blogspot.com/2009/04/2-de-abril-27-aniversario-de-la-guerra.html
http://gracielabello-art.blogspot.com/2010/04/2-de-abril-dia-del-veterano-de-guerra-y.html