“Los sucesos del 11-M, todavía tan turbios…”, escrito el 25.10.2012 por el miembro de la Real Academia Española y articulista del periódico El Mundo, Luis María Anson, motivó la entrada en mi Blog titulada LUIS MARÁA ANSON Y EL 11-M
En su Canela Fina en el periódico El Mundo del 7 de febrero de 2013, Anson vuelve a referirse al 11-M en los siguientes términos: …»El PSOE aspira a convertir el asunto Bárcenas en un 11-M explosivo, con centenares de cadáveres políticos«…
Y el 12 de febrero de 2013 también en su Canela Fina del periódico El Mundo, Anson escribe: …»Lo que ocurre es que Rubalcaba ha descuartizado la abulia marianita. Con su oscura mano izquierda, ha preparado un 11-M sin violencia pero con centenares de posibles cadáveres políticos»…
Es una grosera obscenidad que para tratar de explicar la indignación y protesta de la gente por el caso Bárcenas y los demás casos de supuesta corrupción Luis María Anson recurra al 11-M.
Hablar de «cadáveres políticos» cuando en el 11-M hubo cadáveres reales –y heridos reales– es una indecencia propia de un periodismo cavernícola y trasnochado, falto de rigor, sin recursos propios, patético y obsoleto.
Aunque…, puestos a hablar de cadáveres, puede que Anson se refiera a cómo las mentiras del Gobierno del PP sobre la intervención de España en la guerra contra Irak y el consiguiente 11-M, se llevaron por delante a políticos como Aznar, Acebes, Zaplana… Eso sí, «cadáveres políticos» pero «vivos» para los posteriores negocios.
Tal vez Luis María Anson no haya reparado en que, puestos a hablar de cadáveres, las mentiras sobre la participación de España en la guerra contra Irak y el consiguiente 11-M, también propiciaron la aparición de numerosos «cadáveres periodísticos», víctimas de una paranoia galopante al parecer incurable. «Cadáveres periodísticos» que en su descomposición desprenden un insoportable hedor a canela podrida.