Y como tal debe ser inhabitable en muchos de sus lugares. De ello nos informa con profusión la prensa internacional; pero es que circulan cartas directas, como la que he recibido de allí hace poco tiempo y que la califico de angustiosa; puesto que si todo lo que allí me comunican es verdad… allí no se puede vivir y desde luego no merece la pena hacerles una visita, ni con los gastos pagados: veamos parte de ese terrible texto.
“Valoro enormemente, las enseñanzas de Ernesto y de los viejos que conozco y que aprecio verdaderamente, así como también valoro las enseñanzas de mis padres en particular la de mi padre que fue un guerrero y un líder… que fue llevado a la cárcel por su ideología y perdió su trabajo y tranquilidad hasta el día de su muerte, el fue un libre pensador… yo no quiero llegar a pisar una cárcel ni quiero perder mi trabajo por mis ideales, pero tampoco quiero seguir viviendo así… esto no es vida, estamos a merced de la corrupción de los “políticos, narcos, desgraciados matones secuestradores, rateros de cuello blanco, salvajes sin oficio ni beneficio, ¿es esto vida?, ya no eres libre ni de comprar lo que te apetezca porque saliendo de la tienda te lo pueden robar, no puedes ir al café, al cine de noche, no puedes ir a cenar a un buen lugar ni al teatro…entonces, dime: ¿para qué carajos vives, existes… si no puedes convivir con tus amigos, familiares ni nada? Para qué o para quién trabajas. Nada menos el día de ayer estaban varias mantas en distintos punto de la ciudad atemorizando a la población y diciendo que habría estado de queda a partir de las 9:00 p.m. puestas por lo sicarios de algún Cártel, nadie salió por temor a que le llegaran los balazos porque mencionaron que estarían en distintos lugares y no se hacían responsables de los civiles, dime: ¿es acaso esta una nueva forma de vida?… Es muy duro tener que llegar a éstos límites y no actuar por miedo, hace 2 noches en mi casa que es tu casa platiqué con un compañero del partido y le dije que me ayudara a llegar a la Cámara de Diputados y que me fuera facilitado el podio para poder explayarme, espero y poder llegar a la mentada Cámara para decirles a los “politiquillos de mi… que YA BASTA”.
Leer este texto, que es parte de uno bastante más extenso… es como para, sentir la angustia que yo sentí al leerlo; puesto que es el grito de impotencia de alguien que con dignidad suficiente, se atreve a enfrentarse a ese río (ya) de corrupciones incalificables, violencias inadmisibles y asesinatos ya en mansa y que muestran el salvajismo y degradación de una parte de ese México de hoy.
Son miles y miles de muertos asesinados como si fueran “alimañas rabiosas y a las que hay que matar para beneficio de la sociedad”. Recuerden aquella mujer que simplemente por querer saber quienes habían asesinado a su hija, es asesinada en plena calle, simplemente por ello… ¿cómo calificarlo? No, no hay ya palabras para ello.
Aquel… “México lindo y querido”, que cantaban aquellas canciones de cuando yo era jovenzuelo, hace ya mucho tiempo; se supone ha desaparecido totalmente y es terrible ello, puesto que para nosotros los terrícolas de habla española; México hoy es el primero de los países (por su gran población) que con orgullo hablan el Español (que no castellano, como se empeñan en aún decir los cortos de inteligencia o simplemente miserables) y lo hacen mucho mejor que nosotros los de la península Ibérica.
En México no hace falta una nueva revolución (ya tuvieron muchas y sangrientas en demasía) en México como en otros lugares, lo que es necesario es que brote la dignidad perdida en los máximos responsables y que manejan “la razón de la fuerza”… y traten de aproximarse a la mejor vía, cual es… “la fuerza de la razón”.
De no ser así, esos exterminios de hoy irán en aumento, puesto que ya fue dicho que la violencia no engendra nada más que violencia; y llegados a los exterminios ya intolerables, tendrán (los que sobrevivan) que reunirse y pactar mejores caminos, puesto que en ese tipo de destrucción, al final es que se destruye todo… y ni México, ni muchos otros lugares de este podrido mundo, merecen ello.
¿Habrá suficientes responsables, religiosos, laicos, militares, políticos, intelectuales, en México como para iniciar un movimiento de regeneración? Esperemos que sí y que pronto veamos algunos destellos de esperanza: que así sea.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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