¿Inacción? ¿Desconcierto? ¿Miedo al vacÃo? ¿A qué se debe la incapacidad polÃtica de Rajoy y de todo su Gobierno para enfrentar los innumerables, interminables y graves problemas por los que pasa el Estado y toda su estructura y aparatos? Con el Estado en ascuas por los cuatro costados, Rajoy se pasea por los jardines cavilando lentamente sobre si llamar o no llamar a los bomberos. Mientras tanto el paÃs sigue en llamas. En ellas sus corifeos se calientan las manos y desde sus medios de comunicación transforman la realidad incendiada en una fiesta de juegos artificiales. La realidad, como a D. Quijote, no está al alcance de sus ilusiones. El surrealismo se ha apoderado de todos los medios de comunicación gubernativos, de derechas o en manos de la banca. Pero el surrealismo es el subconsciente, debajo del cual está la realidad como negación de la conciencia. Mintiendo, ignorando, engañando no serán capaces de apagar tantos fuegos en tantos lugares diferentes.
Rajoy, si hubiera sacado las lecciones del emperador Carlos V, rey de Castilla y de Aragón, tal vez se hubiera visto obligado a cambiar de postura. Pero por apatÃa e incapacidad ha preferido, como el Emperador, esperar y contemporizar. El reinado de Carlos V fue un fracaso. Arruinó a Castilla al primar los intereses comerciales holandeses, arruinó a Cataluña al entregar el su comercio en el Mediterráneo a los genoveses, arruinó todos los recursos económicos manteniendo guerras en Alemania, en Italia, en Holanda, en Francia y contra el Turco. Arruinó los recursos inagotables de la plata americana para mantener sus guerras y pagar sus deudas con los banqueros alemanes, curiosa coincidencia, y genoveses. Al final su idea de crear una monarquÃa universal y católica quedó todo en un montón de cenizas enterradas en un solitario monasterio en Yuste.
CreÃa Carlos V que contemporizando con los luteranos y prÃncipes alemanes, que contemporizando con los Estados italianos, que contemporizando con la aristocracia de Nápoles, de Castilla o de Valencia, ganaba tiempo. Y sin embargo, durante esa espera lo único que conseguÃa era que los problemas se fueran agudizando. El tiempo no le beneficiaba, beneficiaba, ante su incapacidad para encontrar soluciones, a las hogueras que se encendÃa constantemente por todo un territorio inmenso sobre el que quiso, pero no pudo, construir su Imperio.
Cree Rajoy que los problemas se irán solucionando con el paso del tiempo. Una buena medicina, si no fuera porque los desahuciados no tienen casa y no pueden esperar más; si no fuera porque los parados no encuentran trabajo y no pueden esperar más; si no fuera porque los pensionistas han reducido su poder adquisitivo y no lo pueden seguir bajando; si no fuera porque los jóvenes no encuentra alternativas y no tienen paciencia para seguir aguantando; si no fuera porque los funcionarios no dejan de perder poder adquisitivo y no están dispuestos a esperar cómo el tiempo los devuelve a los tiempos del racionamiento; si no fuera porque las feministas se sienten golpeadas en sus derechos, y no están dispuestas a renunciar a que su cuerpo siga siendo suyo y sobre él deciden ellas y no el Estado ni la Iglesia imponiendo la doctrina cristiana; si no fuera porque los profesores están hartos de ver deteriorarse la enseñanza y no están dispuestos a dejar que el sistema público y universal del derecho a la educación sea destruido y sustituido por una enseñanza clerical al servicio de los ricos; si no fuera porque médicos y enfermeras, del que en sus tiempos fue el más envidiado y prestigiados sistema de salud pública no están dispuestos a permitir que este derecho universal y su calidad se desplomen por falta de recursos para que el Gobierno permita a sus aliados hacer negocio con la salud; si no fuera porque los homosexuales no están dispuestos a permitir que la Iglesia, a golpes de código penal y de doctrina cristiana, acabe con sus derechos; si no fuera porque los catalanes no están dispuestos a seguir perdiendo el tiempo con un Gobierno que no gobierna para el pueblo y por el pueblo…si no fuera por estos y tantos problemas que se incendian cada dÃa, Rajoy podrÃa seguir paseando bajo la paz de sus cipreses, mientras a su alrededor el bosque se quema. España arde, a pesar de lo que digan los medios de comunicación. Sólo hay que salir a la calle y ver cómo la miseria va ocupando el espacio igual que las arenas avanzan desde el desierto.
Pero, aplicando, una vez más el psicoanálisis a la conducta de Rajoy y sus incompetentes ministros, esta apatÃa para solucionar los problemas sociales, polÃticos y estructurales del Estado no es otra cosa que un sÃntoma de incapacidad y de debilidad. Rajoy sólo ha gobernado para los banqueros y las grandes empresas, enriqueciendo a unos y permitiendo a otros que vayan sustituyendo, progresivamente, los trabajadores fijos por trabajadores temporales. Aquà la paciencia de Rajoy sà ha tenido un lÃmite. Quieren imponernos, a marchas forzadas la doctrina cristiana y la miseria económica y social.
La lÃnea de conducta de esperar y contemporizar es un sÃntoma de debilidad polÃtica e impotencia económica. Este es el diagnóstico que tenemos psicoanalizando esa conducta. Y eso significa, y esto es lo importante, que las fuerzas progresistas y los movimientos sociales lo tienen todo a su favor para dar la batalla. Republicanos, progresistas, obreros, independentistas, ateos, feministas, desahuciados, parados, homosexuales, jóvenes, jubilados, enfermeras, profesores, médicos… Rajoy no tiene tiempo. Si algo no tiene es tiempo ni capacidad para abordar todos los conflictos. No tiene tiempo para solucionar ni un solo problema. Espera, como Carlos V, que agotados se solucionen los problemas. Sólo que el hambre y los derechos individuales y sociales no pueden esperar. Rajoy se ha quedado sin tiempo.
Otra polÃtica es posible. Otra polÃtica anticapitalista. Grecia nos dio el ejemplo del pánico que tiene la oligarquÃa capitalista a la quiebra. Sólo ella serÃa la perdedora, no la sociedad de bienestar.
Otra polÃtica es posible porque es real si todas las fuerzas progresistas y movimientos sociales europeos se movilizaran bajo la misma unidad en torno al mismo objetivo. Es el momento de presionar desde todas las trincheras. Porque otra polÃtica sà es posible.