Argentina renovó su marco regulatorio en materia de biotecnologÃa agrÃcola, para hacer más accesible a productores nacionales cultivos genéticamente modificados (GM) como soja y maÃz y abrir la puerta a nuevos productos, como la caña de azúcar.
El nuevo marco, presentado por el Ministerio de Agricultura, GanaderÃa y Pesca (21 de marzo), abarca a todos los organismos regulatorios del paÃs y busca dar valor agregado a los cultivos GM.
Además, posibilita una liberación más temprana de los cultivos al mercado, acelerando el proceso de autorización y poniendo la tecnologÃa a disposición de los agricultores más rápido. Esto no significa que se recorte la evaluación, sino que se reduce la burocracia alrededor de la regulación, dice a SciDev.Net MartÃn Lema, director de BiotecnologÃa del ministerio.
Las modificaciones, agrega, están facilitando a productores y desarrolladores nacionales “salir al mercado y poder competir con sus productos y con las empresas [transnacionales]â€.
Según Ana MarÃa Vara, investigadora de la Universidad Nacional de San MartÃn, el marco es promotor-regulador y exigente. Este busca hacer más accesible la biotecnologÃa, ya que las autoridades agrÃcolas y sectores agropecuarios, “están convencidos de que la incorporación de biotecnologÃa es importante para el crecimiento y la competitividad del paÃsâ€, dice a SciDev.Net.
Argentina es uno de los productores lÃderes de OGM en el mundo. En 1996 aprobó su primer cultivo transgénico (la soja RR o tolerante a glifosato) y ahora cuenta con 28 eventos o modificaciones de cultivos transgénicos en maÃz, soja y algodón, 15 de los cuales aprobados en los últimos tres años.
El nuevo marco legal busca también diversificar los cultivos transgénicos.
Se espera que en los próximos meses se apruebe un evento de caña de azúcar resistente al glifosato, desarrollado en una estación experimental de Tucumán. Asimismo, Lorenzo Basso, ministro de Agricultura, anunció el otorgamiento de un crédito por US$100 millones para impulsar la industria del bioetanol de caña de azúcar.
La flexibilización del marco es buena, siempre que los organismos que controlan los cultivos GM operen en todo el territorio y con la participación de otras entidades de investigación y control, como las universidades, dice Walter Pengue, investigador en agroecologÃa de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
El experto, crÃtico del actual modelo de agricultura con OGM, asegura que ha faltado una verdadera consulta con otros sectores de la sociedad, asà como una consideración de los impactos ambientales y económicos en los pequeños y medianos agricultores.
“El seguimiento y la aprobación de nuevos cultivos GM deben considerar efectos socioeconómicos que afecten no sólo al comercio, sino en particular a los agricultores y las comunidades del paÃsâ€.
Para esto, dice, deben llevarse a cabo estudios de largo plazo que incorporen escenarios sobre ecosistemas y agroecosistemas sobre los que se liberen los eventos transgénicos.
Cecilia Rosen
SciDev.Net