¿Crónica de una muerte anunciada?
Argentina se encuentra en plena transición, el tema es que aún los argentinos no sabemos hacia donde nos lleva la situación. Con una sociedad claramente dividida y con fuertes polos de económicos y de poder, los discursos de los principales dirigentes políticos terminan siendo poco claros.
Por su parte el oficialismo Kirchnerista no ofrece diálogo, y a contraparte de lo que comunica al mundo, el periodismo argentino no puede solicitar información en ruedas de prensa y está siendo duramente hostigado por medio del proyecto de “Ley de medios”, el cual con un discurso socialista le quita poder a los principales medios comunicacionales opositores y apoya el “favoritismo” para los empresarios seguidores de la conducción presidencial actual.
Entre ayer y hoy se debatía en la cámara de diputados el voto por una ley aprobada por esta instancia en tiempos récord y se trata de la “democratización de la justicia”, la cual daría el manejo político y partidario de las cabezas judiciales, anulando también las instancias de amparos, favoreciendo y privilegiando al estado sobre cualquier figura y en cualquier situación de disputa o querella.
Mientras la comunicación del oficialismo no ofrece opiniones sobre las denuncias de corrupción y los negocios turbios dentro de las cámaras representativas del poder popular, la oposición intenta unirse, aunque la corrupción atraviese transversalmente toda sus estructuras, haciendo que los dirigentes cambien de opiniones y discursos tanto como para dejar sin representantes al 50% de la población que se siente desamparada por los oídos sordos del Kirchnerismo, el cual posee mayoría de votos en las sesiones.
Las marchas de protestas como la de finales del 2011 fueron creciendo, y hace tan solo unos días, una muestra de descontento aún mayor (la del 18 A -18 de abril) se hizo oír en todo el país con una convocatoria extraordinaria. No importa que tanto ruido genere, el Kirchnerismo no cree suficiente semejante muestra de descontento, y lo aplica en un discurso, en el cual tilda de “golpistas”, “fachos”, “oligarcas” al 50% de la población a que con su trabajo paga los famosos “planes” (asignación universal por hijo, marido recluido en unidades penitenciarias, hijo en edad escolar, y otros tantos que han eyectado a familias enteras, puesto que si comienzan a trabajar dignamente se le quitan todos los subsidios –por lo que un gran porcentaje de la población vive del estado, y en las estadísticas oficiales del INDEC Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, esta franja poblacional figura como empleados).
La inseguridad y la violencia ascienden exponencialmente, se han incluido impuestos al trabajo –hace poco en un bar escuché decir: “si el impuesto al tabaco es para desalentar su consumo, el impuesto al trabajo es para qué cosa?”- logrando que quienes poseen empleos deban entablar una lucha por la sobrevivencia entre la carga horaria de sus responsabilidades laborales, el aumento en los impuestos, la aplicación de nuevos impuestos –el cual han disfrazado desde el oficialismo con el nombre de Impuesto a las ganancias si sobre pasas el promedio de ingresos entre seis mil y siete mil pesos; para que se den una idea, un alquiler de un apartamento ronda los dos mil quinientos pesos para una familia tipo, y los precios en las cadenas de supermercados internacionales son exactamente los mismos que en Europa, pero traducidos a la moneda oficial-
Otro de los ítems de este agitado 2013 en Argentina, es el “congelamiento de precios”, el cual nació del discurso oficialista de que en este país no había inflación importante, pero que durante las negociaciones paritarias de inicio de año con los representantes síndicos, sirvió para que el gobierno pueda “negociar” el sueldo mínimo y aumentos.
Con escándalos internacionales como el de la figura de Lázaro Baez (íntimo de la familia Kirchner y principal proveedor del estado en la provincia donde dio inicio a su carrera política el ex presidente Nestor Kirchner), aparecen cuentas bancarias difíciles de explicar, inclusive para la misma banca suiza que trabajaba una de las cuentas del hijo de Lázaro Baez, Martín Báez, por lo que quedó suspendida… hasta cuándo?, pues no se sabe aún.
Sin nombrar otros inconvenientes, como los responsables de la tragedia en los trenes que dejó 50 muertos, las causas por fraude de una de las madres de plaza de mayo, el juicio a los hermano Shoklender -relacionados a madres de plaza de mayo-, la extraña re-estatización de YPF -con mas problemática energética que nunca-, la relación con Venezuela, las problemáticas institucionales con Uruguay, las sanciones que comenzará a dar el FMI al gobierno a causa de las estadísticas fraudulentas, etc., etc.
Por último, el kirchnerismo estuvo años dándole la espalda al poder eclesiástico, de hecho el que fuera en Buenos Aires Cardenal Bergoglio – hoy Papa Francisco- hacía años que no tenía el placer de celebrar el Tedeum con la presencia del oficialismo, pero bastó con ser Papa para que toda la troupe kirchnerista, que incluso se había pronunciado especialmente en contra de los comentarios del antiguo Cardenal Bergoglio, hoy asista a misa, se confiese…..si, si, leyó bien, y festejen al Papa argentino. Pero siempre algo falla, el gobierno argentino pensó contar con la figura de Francisco antes de su visita a Brasil, lo cual ayudaría a levantar algún que otro punto de imagen, pero nunca le enviaron una invitación formal…
En la preparación de las campañas electorales –algunos políticos ya en campaña- lo único que pasa a velocidades descomunales son los presupuestos y fondos para obras que nadie sabe cuándo se inaugurarán, las denuncias por corrupción, los desastres por falta de gestión pública (como los cientos de damnificados por las inundaciones en la ciudad de La Plata), y claro: las alianzas y convenios que están a la orden del día.
Como dice el spot oficial: Argentina, ¿un país con buena gente?