Sociopolítica

Atribulado Zapatero

Son muchos los que aseguran que nuestro atribulado y posiblemente amortizado presidente del Gobierno está obsesionado, tras su cese, con ser recordado y pasar a la historia. El figurar únicamente como » faro y guía de la Alianza de las Civilizaciones» no le convence. En similar situación tampoco la pléyade de asesores y consejeros monclovitas, conscientes de que pronto se prescindirá de sus servicios, no se esfuerzan lo más mínimo en resolver la papeleta, amén de declararse incapaces para encontrar alguna causa o motivo que pueda justificar los zapaterescos deseos de futura notoriedad.

Otros miembros de su formación política alegan en su defensa, dados los muchos años dedicados por Zapatero a la causa de ETA, que goza de todo el derecho a ser reconocido como el líder que logró (o intentó), acabar con el terrorismo en España. Tal esfuerzo bien merecería que, estratégicamente promocionado, le supusiese ser promovido como candidato distinguido al «Nobel de la Paz», alto honor del que carecen sus antecesores, José María Aznar y Felipe González. No obstante, tal propuesta, para ciertos cargos de confianza, entraña grandes riesgos recordando que no hace tanto tiempo desde que ETA colocó la carga explosiva en la Terminal 4 de Barajas y murieron dos personas.

Analizando el problema desde al ángulo político, la casuística se presenta más difícil todavía. Eso de ser considerado como «el peor presidente de la democracia española», que tan machaconamente repiten los medios de comunicación, es algo que le amarga la existencia a Zapatero. Los aduladores de élite tratan de animarle para que no desespere, esgrimiendo que siempre aparecerá un hueco donde ubicarle históricamente pero el presidente no confía demasiado, recordándoles que la trola de la «recuperación económica» ya no traga a pesar de su «exclusiva dedicación».

En otro sentido, fácilmente constatable, desde que Freddy Rubalcaba tomó el mando de la nave, está concitando la atención de todos los socialistas con su amargante don de la ubicuidad. Todo lo contrario de lo que le ocurre al presidente interino que ya está padeciendo lo que implica la pérdida del poder para pasar a ejercer de «florero distinguido». Otros, menos crueles, se conforman adjudicándole el apelativo de «insignificante».

Finalmente, conviene tener presente que desde la debacle electoral del PSOE en las pasadas elecciones autonómicas y municipales del 22-M, ya son muchos los dirigentes del partido que no han tenido otro oficio en sus vidas y deberán pasar a engrosar las filas del paro, quienes manifiestan sin el menor recato que tanta inutilidad, mentiras y desvergÁ¼enza, es algo que los votantes no olvidaran ni perdonaran fácilmente. No se puede hacer tanto mal en tan poco tiempo. Si de verdad un político quiere conocer su verdadero nivel de popularidad, solo tiene que atreverse a teclear su nombre completo en GOOGLE.

Si el presidente estuviese dispuesto a admitir consejos y escuchar peticiones, el primero sería que no prolongase por más tiempo su agonía. La segunda petición, apelando a su patriotismo, consistiría en la inmediata convocatoria de elecciones generales anticipadas. Sin la menor duda tendría el eterno reconocimiento de toda la ciudadanía por su acertada y valiente decisión.


Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.