Autosuficiencia Nacional… porque este paro no lo arreglan desde fuera
El capitalismo liberal de la época moderna, que Smith había apadrinado, cuya ventaja comparativa fue expuesta por Ricardo y que Marx había aconsejado destruir, fue “revisado” por Keynes. Cuando publicó su Teoría General el mundo estaba sufriendo todavía el masivo desempleo de la gran depresión. La desilusión era total respecto a un orden económico que dejaba a tantos hombres sin trabajo.
En esta obra escribe:
“Los principales inconvenientes de la sociedad económica en que vivimos son su incapacidad para procurar la ocupación plena y su arbitraria y desigual distribución de la riqueza y de los ingresos”.
Según Keynes, el problema del capitalismo era que el mercado no podía asegurar la demanda necesaria, generando desocupación y marginalidad, situación que “el mundo no tolerará por mucho tiempo”.
Autosuficiencia Nacional de Keynes
Y ante tal diagnóstico era el Estado el encargado de lograr el pleno empleo: incrementando el gasto, manteniendo bajas tasas de interés para alentar la inversión, reformando el sistema fiscal, mejorando la distribución del ingreso y regulando el comercio exterior. Tratar de reconstruir el famoso flujo circular de la renta del que ya hablamos en otros artículos…
Sin embargo, entre sus numerosos escritos existe un interesante artículo anterior, poco conocido, que puede servir de referencia para nuestra política económica y que se titulaba: La autosuficiencia nacional, escrito en 1933 y publicado en la Yale Review, en plena crisis. Ya no estaba “persuadido de que los beneficios económicos de la división internacional del trabajo sean comparables a lo que fueron”, aunque un nivel elevado de especialización internacional continuaba siendo necesario en un mundo racional.
Sin embargo, para una gama de más en más extendida de productos industriales, e incluso agrícolas, Keynes no creía que las pérdidas económicas debidas a la autosuficiencia “sean superiores a las ventajas” que pueden obtenerse en el marco de una misma organización económica y financiera nacional. Y proclamaba: “Produzcamos en nuestro país cada vez que sea razonable y prácticamente posible, y, sobre todo, hagamos lo necesario para que las finanzas sean nacionales”.
La actual situación económica española es muy similar a la grave crisis inglesa de los años 30’ del siglo pasado, y sería muy interesante analizarla desde una óptica keynesiana.
Porque ahora podríamos afirmar que no estamos persuadidos de las ventajas económicas de Europa (porque tras la crisis griega tendremos el Brexit…), que trajo muchas subvenciones a cambio de renunciar a nuestra producción nacional. Tras ver los resultados globales, son muchos los que lamentan haber entrado en Europa y en el Euro… y, desgraciadamente, no hay marcha atrás (que se lo digan a Tsipras).
¿Alguien cree que Europa nos va a ayudar a acabar con el paro en España?