Sociopolítica

Aznar

Cuando escribo este artículo son la 12 del día de hoy.

Hace unas horas varios millones de personas  (piénsese que son muchos los parados que, en contra de su voluntad –dada su dramática situación laboral-), están ociosos frente a la tele, o, para abrir camino, sin rodeos, mirando Antena 3TV, pues hoy estaba comprometido el Sr, Aznar con dicha cadena para ser entrevistado por la presentadora y conductora del programa matutino. Y este caballero crea siempre expectativas. Más por lo que no dice que por lo que dice; más por la mentiras –envueltas en celofán-, que por las verdades;  más por sus aires presuntuosos y cargados de orgullo, que por su falta humildad –que es grande- y por lo que hubiera podido hacer bien durante su mandato al frente del Gobierno español; más por las ganas de exhibirse como salvador, que como un ciudadano que, tras su experiencia, podría aportar ideas positivas a su partido y al propio Gobierno de su partido. Pero a él, puede que me equivoque, quien más le interesa es “él”.

Y, como la figura única e imprescindible de la política española, ahora se dedica a escribir libros y a pasearse por las televisiones que lo tratan con paños calientes -no cualquier televisión-, digo que pasea para contar todo lo que hizo bien, lo que se supone que hizo bien, y callar todo aquello –que fueron muchas cosas-que que hizo mal.  Ignoro si existen precedentes de esta clase exmandatarios. Si no lo hay, sería mucho mejor.

Porque ahí está su pregón, contando y contando, hasta parecer faltarle la respiración, de todo aquello bueno que salvó a España. Al  final, cuando acaba –que no es tan fácil que acabe cuando está en esta salsa- sonríe, como un caudillo victorioso, que viene a decir, más o menos: “Y es verdad: me siento feliz  cuando cuento estas cosas”.

Cosas y cosas. Pero yo no debo, ni puedo, ni quiero decir nada de cuanto ya se ha dicho. Además, no ganaríamos nada con eso, creo. Pero cuando uno ve y oye a este señor, con aires de prepotencia, exhibiendo su buen saber hacer, irritante, es precisamente cuando menos veo esas grandes valías suyas de las que con tanto énfasis hace gala torera: “el único”, “el mejor”, “a quien hay que imitar”. Porque ya sabemos que el resto somos una pandilla de mequetrefes, que no sabemos ni donde tenemos la nariz

Pues no, señor Aznar. No anterior presidente del Gobierno de España. No engreído. No hasta colmar el vaso ya colmado tanta veces.

Sepa que el perfil lo deben poner los demás.

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Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.