EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Resulta curioso, de pronto los periodistas que se centran más en los temas políticos se han pasado a las páginas «rosa».
Todo comenzó con el embarazo de la hija de Sarah Palin, que no es otra que la que ha conseguido ser la primera mujer propuesta para ser vicepresidenta de las EEUU por que así lo ha decidido el aspirante demócrata a la presidencia, McCain. Hasta ahora solo se hablaba de Barak Obama y ahora solo se habla de Sarah Palin y del embarazo de su hija de diecisiete años.
Pero los españoles no vamos a ser menos y la prensa española, en general, se ha hecho eco de la noticia que ha difundido el diario marroquí «L`Observateur» en el cual se dice que la ministra de Justicia francesa, Rachida Dati, está embarazada y que el padre de la criatura es Aznar. Como era de esperar el ex presidente ha puesto el grito en el cielo y por medio de la Fundación FAES, que por lo visto también se dedica a estos menesteres, ha dicho que esas informaciones son de «una total y completa falsedad».
Aunque me cueste reconocerlo he de decir que estoy de acuerdo con FAES, yo a Aznar no le veo como un seductor y mucho menos con el suficiente «gancho» como para «engatusar» y llevarse a la cama a toda una ministra de Justicia de Francia. Y repito que no le veo como un seductor porque, a la vista está, el hombre es bastante soso y aunque lleve «melena» no es precisamente un Antonio Banderas. El único «atrevimiento» que se permitió con una mujer y que se le conoce públicamente a Aznar, fue en aquella ocasión en que introdujo un bolígrafo en el escote de la periodista Marta Nebot de «Cuatro». Pero esta declaró en su día que Aznar lo hizo con una mirada enigmática, en ningún momento dijo que lo hiciera con una mirada insinuante.
Sinceramente, no creo que Aznar sea el guapo y atractivo varón del cual todas las mujeres se enamoran y desearían tener un hijo suyo. De Aznar solo se puede enamorar una mujer de la talla de Ana Botella y esta mujer es irrepetible.