Las emisiones de mercurio están aumentando globalmente, emitidas principalmente por termoeléctricas a carbón, incineradores de basura y la minería de oro y plata en los países en desarrollo, donde millones son afectados directamente por la minería o por alimentos contaminados.
La exposición a la forma más tóxica, el metilmercurio, que puede acumularse en productos del mar, puede llevar a un daño cerebral permanente. La ONU está negociando un tratado sobre emisiones de mercurio.
Métodos biológicos de limpieza, tales como la lixiviación bacteriana, son muy usados para metales menos tóxicos como el cobre, pero no para el mercurio, ya que no hay bacterias en la naturaleza que acumulen mercurio.
Ahora investigadores de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Estados Unidos, han desarrollado dos bacterias transgénicas con genes que soportan altas concentraciones de mercurio. Su trabajo fue publicado este mes (12 de agosto) en línea en BMC Biotechnology.
“Nuestras bacterias no solo son muy resistentes al mercurio, sino que también lo acumulan en sus células en altas concentraciones. A diferencia de otras bacterias transgénicas, las nuestras no volatilizan mercurio al ambiente”, dijo a SciDev.Net Oscar Ruiz, investigador principal del estudio.
La más eficiente de las dos —que contiene un gen de rata para una proteína llamada metalotioneína— sobrevivió en una solución líquida que contenía 24 veces más mercurio que lo que mataría a una bacteria sin esa resistencia. En cinco días estas bacterias atraparon hasta el 80 por ciento del mercurio disuelto.
En su forma natural, la proteína puede ‘comer’ metales pesados, ayudando a las células bacterianas a acumular mercurio y protegerse de sus efectos. Las bacterias se agrupan, lo que permite extraerlas fácilmente de la solución.
Subsecuentemente, el metal acumulado puede ser recuperado y reciclado para uso industrial, dijeron los investigadores.
De acuerdo con Ruiz, el método podría ser más barato y fácil de usar que procesos ya existentes, los cuales requieren remover y transportar grandes cantidades de aguas contaminadas para ser tratadas, lo que afectaría al medioambiente si el agua no es devuelta a su sitio.
“El método que prevemos consiste en bombear el agua in situ a columnas que contengan las bacterias modificadas. Después de limpiada, el agua puede ser devuelta a su sitio”, dijo, agregando que están buscando inversionistas para desarrollar el desarrollo comercial del producto.
José Guerrero, experto en biotecnología minera y profesor de la Universidad César Vallejo de Lima, Perú, dijo a SciDev.Net que la investigación es novedosa e interesante, pero añadió que el procedimiento debe ser evaluado en el campo.
“La dispersión de los cursos de agua contaminados con mercurio —a los que el proceso está destinado— es grande, por lo que se tendrían que construir reservorios para contener el agua contaminada”, dijo. Añadió que este es un proceso caro y difícil de implementar.
Otro aspecto es la aprobación requerida para liberar bacterias genéticamente modificadas al medioambiente, ya que la mayoría de los países —excepto los de la Unión Europea y Estados Unidos— solo tienen leyes para la introducción de plantas transgénicas.
Enlace al resumen del estudio en BMC Biotechnology
Fuente:
María Elena Hurtado
22 agosto 2011 | EN | ES
SciDev.net