“Agradecido” debe estar Baltasar Garzón, a aquellos componentes del Tribunal Supremo que han entendido en los diversos juicios que se han tenido lugar contra el exjuez.
Le han despojado de su condición de juez pero le han absuelto de dos de los tres juicios que se han celebrado contra él. Aunque en realidad solo ha sido de uno, del que trataba sobre la investigación de los crímenes del franquismo, el otro, el de las conferencias en EEUU quedó prescrito, aunque esta decisión más bien le ha perjudicado que beneficiado a Garzón, queda la duda y al libre albedrío de la gente el pensar si hubo o no cohecho por parte de Garzón.
De todos modos, los que han juzgado a Garzón igual piensan que les debe estar agradecido. Jodido, pero agradecido. El Supremo ha considerado que Garzón erró, pero no prevaricó, y lo ha absuelto por su intento de investigar los crímenes del franquismo. Es decir, que Garzón sí era competente, o al menos entendió que cualquier juez que se considerara como tal tenía la obligación moral de atender las justas peticiones de los familiares de las víctimas del franquismo ante la constante inhibición o despreocupación de la Administración de Justicia para entender en un caso de esas características, por mucho que desde el Tribunal Supremo haya considerado que “Garzón incurrió en un error, como es calificar los hechos como crímenes contra la humanidad”.
Por lo visto, pienso yo, como ciudadano de a pie y lego en esta materia, el alto tribunal ha considerado que los asesinados por Franco no eran seres humanos y que solo se trataba de republicanos de izquierdas y encima rojos. Los humanos son los monárquicos, los de derechas y los fascistas. Hay que saber distinguir y por lo visto Garzón no supo, según se desprende de las consideraciones del Tribunal Supremo.
A todo esto, hay que decir que no creo que está decisión absolutoria del Tribunal Supremo en favor de Garzón haya sorprendido a nadie. Después de haberle inhabilitado, ya no le podían hacer más daño, bueno sí, le podrían haber fusilado, pero esto hubiera estado muy mal visto y hubiera supuesto el pasarse un poco.
Anteriormente me he declarado lego en materia de interpretación de las leyes y desde esa ignorancia o falta de criterio ante el contenido de las mismas, he de decir que una cosa si me ha quedado bien clara: Que por mucho que digan los jueces del Tribunal Supremo la Ley de Amnistía de 1977 no exculpa ni deroga los crímenes del franquismo porque estos fueron crímenes contra la humanidad, digan lo que digan los jueces, por tanto Garzón no prevaricó, los que como yo no están muy avezados en esto de la cosa judicial puede que no tengamos claras las cosas o no las entendamos pero sí intuimos y esa intuición nos lleva a este tipo de conclusiones. En muchas ocasiones suele acertar más quien intuye que quien sabe. Y son muchos los que intuyen que en estos tres juicios a Garzón quien más malparado ha salido ha sido el Tribunal Supremo con todo lo que supone para Garzón su cese como juez.
Finalmente decir que lo que ha quedado claro, estoy seguro de ello, para la mayoría de sociedad española es que los crímenes del franquismo son investigables y perseguibles que no han prescrito y que lo que se corresponde es que se designe a un juez que sea competente para ello y que no le haga “ascos” a una cuestión tan importante como esta, todo ello bien de la justicia y para dignificar a unas personas que fueron brutalmente asesinadas, calumniadas y ultrajadas. Ya va siendo hora de que en este país, después de más de treinta años rigiéndose por una Constitución aprobada por la inmensa mayoría de los españoles, se llame a las cosas por nombre sin ningún tipo de miedos.
Estamos en un país libre y desde esa libertad comienza el principio de lo que es justo.