Acababa de terminar un taller, cerraba mi ordenador en  ese momento, y alguien dijo mi nombre:
– ¿Puedo hablar contigo un segundo?
Me volvà y vi a un hombre, rondarÃa los cuarenta y cinco, agitado todavÃa por la actividad fÃsica y mental de la actividad que acabábamos de desarrollar. Su corporalidad me indicaba todo lo que él me querÃa decir y no sabÃa cómo expresar…
Lo miré detenidamente: hombros hacia adelante, caminar fatigado, espalda curvada, voz tÃmida… Su aspecto fÃsico lo confirmaba. El pelo necesitaba un corte que le hiciera gustarse, estarÃa estupendo si bajara un poco de peso, y en general su caminar era cansino, sus gestos lacios y ensombrecidos por el propio paso de la vida… el cansancio vital que en un momento de vida nos llega a todos…
Pero entonces percibà claramente en su mirada algo… sÃ, habÃa una tenue luz.  Y sonreÃ… La magia habÃa comenzado. Era como un despertar, se habÃa generado vida en él…
Ir investigando en la vida, y probar, y un dÃa… estás en el momento y lugar adecuado y aparece…
A mà me sucedió lo mismo, cuando participé en una sesión por vez primera en mi vida. Desperté y mi mirada cambió, las sutilezas empezaron a venir a mÃ. De ver en blanco y negro, pasé a pequeños vestigios de color. No paré de pensar en esas dos horas que duró aquella sesión y lo que habÃa vivido, expectante esperé a que hubiera otra ocasión. En esa semana se sucedieron muchos pensamientos internos reflexivos dentro de cabeza, que luego salieron fuera de mÃ, como nace todo en la vida: de dentro hacia afuera.
Han pasado doce años desde entonces, y con cada alumno al que le sucede esto, vuelvo a revivir aquella sensación, aquel sentimiento, porque yo soy reflejo tuyo, de ti, ¡SÃ, de ti! ¡De ti que estás leyendo esto!..
Si tú lees esto, es porque hay un reflejo en ti que necesita leer y saber.
Recuerdo que escuché una consigna en aquella primera clase: «Caminemos con determinación»
La determinación es clave en la vida. La decisión de llevar la iniciativa. El saber que existen cuatro direcciones N, S, E y O, y que puedo caminar en cualquiera de ellas, que todo depende de mi decisión.
La música de Queen “I wan´t you be freeâ€Â elevó a mi cuerpo a despertar, mis piernas tomaron fuerza y determinación y me sentà flotando…
http://youtu.be/bRdo7WXTVoM
Unas palabras mágicas, en un momento determinado propulsaron mi cuerpo a que su parte motora dijera, «Â¡Oye, estoy viva!»
La fuerza de la música de Freddy Mercury se metió dentro de mis células y generó vida en mÃ. Sentà la capacidad de abrirme a nuevas posibilidades, a dar impulso a mi vida, a generar vida, pasión por  abrir espacios.
Esa fue el primer ejercicio, todos los demás fueron despertares… de algo a lo que no hacÃa caso hasta entonces: me dejaba dormirme en mi vida.
El caminar a dos fue tremendo, me di cuenta de que con mi pareja no pasaba otra cosa más que su ritmo vital era distinto al mÃo: el caminaba mirando a los lados y al paisaje, y yo lo hacia adelante, mirando objetivos… era imposible hacer algo juntos consecuente, si no caminábamos en la misma dirección…
Me consterné de tal manera durante dos horas en ese pequeño laboratorio que fue ese taller con músicas, ejercicios y dinámicas grupales, que reaprendà a vivir.
Desde entonces no he parado de practicarla, ahora doy clases y es mi pasión de vida, y esa pasión se llama Biodanza, la danza de la vida.
Cuando mi alumno se me acercó, me dijo:
– ¿Cuándo haces la próxima?
No me hizo falta nada más… porque sus ojos ya no tenÃan ese cansancio y tristeza vital en la mirada, estaban llenos de brillo, de vida, de entusiasmo, de apasionamiento, de generar vida a su vida…
Eso es BIODANZA.