Para aumentar la seguridad alimentaria del país, Bolivia promulgó una ley estableciendo que suelos deforestados ilegalmente deberán destinarse al cultivo de alimentos orientados al mercado interno y de exportación, como forma de compensación.
La Ley 337 de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques, promulgada por el Presidente Evo Morales (11 de enero), establece un régimen excepcional para legalizar talas realizadas sin autorización entre 1996 y 2011 por empresarios agroindustriales y comunidades campesinas beneficiarias de tierras de uso forestal.
La iniciativa busca garantizar el derecho a la soberanía y seguridad alimentaria y establece que “en predios con superficies mayores a 50 hectáreas, los beneficiarios del programa deberán restituir el diez por ciento de la cobertura forestal afectada”.
En el acto de promulgación de la ley, Morales señaló que con ésta se estima un incremento de 10 a 20 por ciento en la producción de alimentos hacia 2018, mientras que el volumen de la producción pasará de 9,6 millones a 13,6 millones de toneladas anuales.
Destacó también que esta es una oportunidad para que los propietarios eviten la reversión de sus tierras a favor del Estado, paguen sus multas, reforesten bosques durante cinco años y produzcan alimentos.
Para Enrique Ormachea, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), la Ley 337 “es en realidad un perdonazo al desbosque ilegal desde 1996” y una concesión del gobierno al sector empresarial del Departamento de Santa Cruz, que buscaba ampliar la frontera agrícola en desmedro del bosque, para alcanzar ocho millones de hectáreas cultivadas.
Áscar Loayza, especialista en gestión territorial y áreas protegidas, coincide en que con la ley el gobierno legaliza la deforestación de millones de hectáreas de bosques, “además de ahorrar procesos administrativos y legales para sancionar estos ilícitos”.
Según Marco Ribera, coordinador nacional del Programa de Monitoreo de la Liga de Defensa del Medio Ambiente la norma “no tendrá, de ninguna manera, un impacto positivo en la restitución de los bosques, sino todo lo contrario”.
Explica a SciDev.Net que “la producción agropecuaria implica necesariamente más desmontes y la restitución de bosques aparece en un segundo plano, solo para suavizar la crudeza de la norma emitida”.
Ormachea indica que los rendimientos agropecuarios del país son los más bajos de la región, pero el gobierno no se plantea mejorar la productividad como una solución.
Con innovación tecnológica y tecnología de punta, dice a SciDev.Net, “se pueden producir más alimentos por hectárea sin afectar drásticamente la frontera agrícola, es decir, sin deforestar”.
Ormachea y Loayza también advierten que la norma establece multas muy bajas por deforestar (entre US$10 y 60 por hectárea) y que el 10 por ciento de cobertura forestal que deberá ser restituida “es mínimo”.
Enlace a la Ley 337 de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques
Cristina Pabón
SciDev.Net