Sociopolítica

BOMBAS DE RACIMO UN INFERNAL INVENTO

Analizar ciertos inventos, ciertos hechos… la verdad, cuesta trabajo pensar en un «ingeniero», diseñando estos infernales artilugios para matar (hay muchos otros) y que dejan a cierta distancia, lo que nos cuentan de aquellas guerras, donde el caudillo de turno, ordenaba lo de… «tierra quemada, arrasada, a degÁ¼ello»… en definitiva, de exterminio total de todo «bicho viviente» y que culmina, con la definición que nos llegó de Atila (el bárbaro) con aquello de que… «donde pisaba su caballo no nacía mas la yerba».  ¿Pero qué ha cambiado o qué ha mejorado en la perversidad de los que pueden ordenar exterminios hoy en día? Nada, absolutamente nada, sólo recordar en la no lejana II Guerra Mundial (la de mayor exterminio de todas las de la historia) y sólo dos hechos en dos campos enemigos o contrarios. Los hornos crematorios en que fueron convertidas Hiroshima y Nagasaki y los otros hornos crematorios europeos y que fueron los que encendieron los nazis, pero que también los «aliados», convirtieron ciudades alemanas en inmensos hornos crematorios, bombardeándolas con bombas de fósforo y convirtiéndolas en eso… inmensos hornos donde murió, todo bicho viviente. Hay mucho más y tan horroroso como lo que recuerdo, en ese terrible e infernal siglo XX y que se va extendiendo por el XXI… y ahí están zonas inmensas de África para confirmarlo.

Lástima que cuando estos infernales inventores, logran sus inventos, no les estallasen en las manos y desaparecieran con sus inventos incluidos los planos.

Observe el lector y si no lo sabe que lo compruebe… que hoy, para  un soldado con uniforme que muera en combate (la mayoría van voluntarios) mueren miles y miles de personas sin uniforme y que en nada les va ni les viene, los intereses de todas las guerras que hubo, hay y habrá; las que no me cansaré de repetir que se producen todas por intereses materiales y nada más.

Pero es que después de esos exterminios «en caliente»; luego estos ejércitos de voluntarios, mandados por canallas de la peor especie y más aún los que desde retaguardia ordenan ello… dejan sembrados los campos de estos y otros artilugios, que matan o dejan inválidos durante muchísimos años, a otros inocentes que por las circunstancias que sean; tropiezan con estas mortíferas armas.

Pero es  más… perversamente, ya se ha planificado todo ello, no para matar al enemigo uniformado y quitarlo de en medio definitivamente, sino para que el enemigo, tenga cada vez más heridos incurables, inválidos y consiguientemente gastos enormes para el cuido de todos estos desgraciados, lo que le restará «fuerza económica», para enfrentar nuevos armamentos contra el contrario. O sea la perversidad elevada al máximo; ya sólo les falta que «les envenenen las aguas para beber».

Pero como hablaba de «bombas de racimo» que son como su nombre indica, especie de racimos de uvas, que al dispersarse al ser lanzadas en una gran cápsula de soporte y que lanzan desde un avión, luego se dispersan y unas explotan y otras quedarán disimuladas («algunas les dan apariencia de juguete para que las cojan los niños») en espera del desgraciado de turno, que las coja o tropiece con ellas.

Felizmente ya se ha firmado un convenio internacional (España lo ha firmado) para dejar de producir y eliminar existencias (así como «las sembradas») de estos mortíferos elementos de destrucción, pero inexplicablemente, los países más poderosos; y encabezados por EE.UU., China, Rusia y algunos otros, no lo han firmado… y si no lo  han firmado es por cuanto piensan seguir usándolas, pase lo que pase.

Yo me río mucho, cuando esos periodistas y otros «escribidores», denominan a estos asesinos de masas, en líderes… ¿líderes de qué… de la muerte? ¿No ha llegado ya el momento de un desarme general y efectivo y dirimir intereses internacionales en verdaderos tribunales internacionales y neutrales? ¿No ha llegado el momento de ir imponiendo la fuerza de la razón y no la terrible de la razón por la fuerza? ¿Dónde está ese progreso de que hablan tanto nefasto político como está viviendo opíparamente del trabajo de «ejércitos» de inocentes y que son los que  producen todo?

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.