Don Tancredo se hizo famoso por su quietud, de modo que se creÃa invulnerable, pues sólo miraba en una dirección sin ver a nadie, que circulase en alguna otra. En consecuencia creÃa  que nadie le veÃa a él por muchas miradas que en él se posaran.
Temiendo el abandono de la plaza, alguien de su cuadrilla le compró un búho. Es este un animal que no ve sino lo que tiene frente a sus ojos, y para ampliar  su visión ha desarrollado la técnica de girar su cuello 270 grados. De este modo el búho puede enfrentar con su mirada canto sucede contra él con el sólo girar de su cuello. Mas no el conjunto, pues el ángulo de su visión es siempre cero.
Curiosos el  personaje  y el animal: deprecian el mundo sin saber que éste es poliédrico y considerándose ellos el centro.  Obtienen  en consecuencia un conocimiento nulo, un desconocimiento total de cuanto sucede a su alrededor, que siempre es plurivalente, como la vida misma.
También el búho podrÃa  producir el vacÃo en  las gradas…