La búsqueda de empleo, desde hace ya unos cuantos años, ha experimentado un cambio radical desde que la red facilitó la labor sin necesidad de tenerse que mover de casa.
Claramente, facilita mucho el trabajo previo sobre todo a los candidatos. No es necesario ir de puerta en puerta para saber qué empresas buscan gente sino que, se puede acudir a distintos portales donde aparecen ofertas de empleo con los parámetros y las zonas geográficas elegidas por el candidato. Y en unos pocos minutos, se puede hacer llegar la candidatura a las ofertas de interés, eso sí, a la espera de encajar con el perfil que busquen.
Supone un claro ahorro de tiempo para los candidatos.
Hay que dejar claro que los portales de empleo no intervienen en el proceso selectivo. Es decir, las empresas pagan una cantidad determinada por el “pack” correspondiente al portal, que les permitirá insertar determinadas ofertas y poder acceder a otro tipo de servicios que puedan dar más notoriedad a su oferta y empresa.
Los candidatos pueden insertar su currículum vitae de forma gratuita, registrándose, claro está y a partir de ahí, poder inscribirse en las ofertas de su interés, disponiendo de un menú privado.
En un primer momento supuso una revolución que hizo que la selección de personal superase fronteras, haciendo que con unos pocos clicks, uno pudiera enviar su CV para una oferta de trabajo en cualquier parte del mundo, algo impensable hace un par de décadas.
Actualmente, hay multitud de portales de empleo que están masificados de candidatos y de empresas. Donde más fallan estos portales es en la gestión de sus enormes bases de datos donde, a veces, buscar al candidato ideal es más complicado que encontrar una aguja en un pajar.
Para empezar, las plantillas a rellenar: suelen ser bastantes farragosas para poder elaborar el perfil según sus requisitos. No son demasiado flexibles y a veces, no está claro donde ubicar la información propia del candidato. Muy pocas contemplan la posibilidad de adjuntar el CV en formato Word, que, bajo mi punto de vista, sería más práctico, aunque supondría más trabajo para ellos.
Curiosamente, los candidatos deben saber de todo, tener mucha experiencia… pero casi ningún portal de empleo permite la posibilidad de insertar varias plantillas con perfiles diferentes del mismo candidato de cara a poder apuntarse a ofertas de diversa índole. Hay gente que dispone de varias trayectorias y creo que debería ser interesante que pudieran “venderse” mejor. Esto conlleva una complicación a la hora de adaptarse a la oferta, teniendo que modificar su perfil cada vez que os se inscribe a una. Puede suponer que finalmente, candidatos válidos, por pereza, falta de tiempo o cualquier otro factor, hagan uno genérico que englobe todas sus áreas y así evitarse la complicada modificación.
El manejo de los portales supone conocer cómo funciona y no siempre los candidatos conocen el funcionamiento de los mismos. Pocos son conscientes de que se pueden elaborar filtros con los perfiles de su interés, para que les lleguen a sus correos electrónicos las ofertas que encajen con sus parámetros de búsqueda. De la misma forma, los candidatos no leen las ofertas con detenimiento y se apuntan todas, a pesar de que en muchas ofertas no cumplen los requisitos mínimos. Así, nos encontramos candidatos que, claramente no cumplen con lo que se pide, pero que se han apuntado por desesperación… Es la típica frase de madre: “¡Bah! ¡Chico, tú apúntate! El no ya lo tienes”.
Los seleccionadores de personal de las empresas se vuelven locos para seleccionar los CV que cumplen los perfiles porque muchas veces los filtros de los portales de empleo no son suficientes. Para más de una oferta de trabajo uno se puede encontrar 300 CV de los que muchas veces ni el 3% de los candidatos cumplen los requisitos. Otras veces los seleccionadores de personal son poco realistas, solicitando excesivos requisitos que, además, no se precisan, introduciendo ellos ya elementos que van a dificultar la búsqueda de los candidatos ideales. Las ofertas deben ser concretas centrándose en lo que se precisa en realidad.
Esto hace que las empresas tengan que invertir un dinero elevado que, a la hora de prestar atención a los resultados globales, no compensa. Cada vez hay más portales de empleo. Esto conlleva que muchas empresas tengan duplicadas sus ofertas en varios, llegándoles candidatos que se reproducen en más de una ocasión y que hacen que, a veces, al tener que gestionar tantos candidatos potenciales en tan poco tiempo, se les queden algunos adecuados en el camino.
Desde hace ya tiempo, han entrado con fuerza otros agentes en la búsqueda de empleo: las empresas de trabajo temporal y las consultoras de recursos humanos a las que las empresas acuden en su ayuda para complementar con los portales, algunas de sus búsquedas. No nos engañemos, a las consultoras muchas veces llegan los mismos candidatos que a los portales y cada parte tiene una forma de efectuar la selección.
En muchísimas ocasiones cientos de candidatos que cumplen todos los requisitos imprescindibles en una oferta de trabajo ven como son rechazados de inmediato sin entenderlo y haciendo que pierdan sus expectativas reales se vean truncadas ¿Cómo es posible?
Voy a citar un ejemplo real sin citar, por supuesto, a los protagonistas verdaderos porque así me lo han solicitado ellos. No hace mucho tiempo una empresa muy importante a nivel nacional estaba buscando un consultor técnico para su central en Madrid y, además de proceder a insertar su oferta en varios portales de empleo, decidió complementar su búsqueda recurriendo a la ayuda de una consultora de recursos humanos para que les ayudase. Finalmente se contrató a un candidato proporcionado por la consultora que pasó sus pruebas y las de la empresa. Resulta que ese mismo candidato, previamente a ser llamado por la consultora, ya había echado su candidatura a esa oferta a través de uno de esos portales de empleo y no había superado los filtros tras ser rechazado por el departamento de recursos humanos de esa empresa.
De esto ese enteró la empresa por el propio candidato que lo contó, una vez incorporado y que supuso que la empresa se tirase de los pelos porque se hubiese podido ahorrar el elevado coste de la consultora. ¿Qué fallo aquí? ¿Quién nos dice que historias similares pasen a diario?
No digo nada nuevo cuando afirmo que cada profesional de recursos humanos tiene una forma de ver la selección sin ceñirse a unos criterios homogéneos, haciendo que a lo que a muchos les vale para que un candidato pase a otros no les es suficiente, permitiendo que la subjetividad entre muy de lleno. No es tan difícil encontrar el perfil que se precisa para hacer la criba; lo que pasa es que las herramientas de los portales no permiten hacer búsquedas por requisitos claves específicos entre todos los candidatos inscritos a una oferta, que facilitaría, en cierto modo, el trabajo.
Pero no sólo está el problema en los portales. Suele ocurrir que las empresas piden un perfil que luego cambia, incluso varias veces, para ajustarse a las necesidades de la empresa, que también van cambiando. Claramente, entre el candidato que entre, es muy probable que deje de cumplir los nuevos requisitos.
A todo esto, hay que añadir que en función del profesional que hace los filtros, pesarán unos más que otros, sin que en ese momento se deban sopesar tanto por una gran falta de organización.
En muchas ocasiones, también los candidatos expresan los datos de una forma dudosa que hace que sean desechados por error de ambas partes. Los seleccionadores de personal no pueden dedicar todo el tiempo necesario para cribar los candidatos adecuados que les permita pasar a las siguientes fases. Normalmente, las herramientas existentes están obsoletas.
Es la pescadilla que se muerde la cola; los candidatos no están satisfechos con los resultados obtenidos a través de estos portales. Sin embargo, en comparación con otros sistemas, como el servicio publico de empleo o algunas consultoras o empresas de trabajo temporal, al menos han sido llamados en alguna ocasión, mientras que no ha pasado con los otros. Luego las empresas usan todo las herramientas disponibles esperando que algún día funcionen. Pienso que las redes profesionales, bien planteadas y enfocadas, pueden llegar a ser el futuro de estos procesos.
Hay una carencia de herramientas adecuadas en la búsqueda de empleo, haciendo que influyan muchos factores que hacen interferencias, sin dejar que se progrese por el camino necesario.