El Director Gerente del Hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba, ha declarado, sobre la muerte del bebé Rayán, ocurrida el 12 de julio, que el error profesional de la enfermera fue terrorífico, de acuerdo. Pero le pregunto: ¿es que no se ha parado a pensar que la base de ese error radica en la falta de responsabilidad del hospital? Por favor, señor Barba, no pretenda desmarcarse de un hecho tan grave como es el de no tener una plantilla estable y adiestrada en esas unidades de alto riesgo. Como bien ha dicho el presidente del Consejo General de Enfermería, González Jurado, una enfermera recién licenciada no está formada para asumir la responsabilidad de puestos de alto riesgo. «Está formada para cuidados generales, no para especializados, porque no ha recibido formación para ello».
Da la impresión de que la insistencia de las informaciones sobre el presunto error de una enfermera en la muerte del bebé Rayán, pretende evitar que se abra un debate público sobre las deficiencias en la organización asistencial. Los sindicatos profesionales SATSE y CSIT-UP advierten cómo el desorden organizativo en la sanidad de Madrid y la falta de planificación, unido a déficits de personal, pueden estar propiciando un deterioro en la asistencia que en el caso del Marañón ha llegado a su extremo. Y es lamentable que hallándose la Enfermería Española en un altísimo nivel y una adecuada formación de la profesión que la sitúa dentro de los mejores sistemas sanitarios del mundo -como así lo reconocen todas las organizaciones internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud-, nuestro país no cumpla a nivel general los ratios de enfermeras por cama que recomienda la OMS, incidiendo esta escasez de recursos humanos en una mayor presión asistencial sobre los profesionales. Así mismo, desde el Colegio de Enfermería de Madrid se viene insistiendo ante las diferentes administraciones, de la necesidad de que se implanten las especialidades de Enfermería, ya que es incomprensible que después de más de veinte años de espera dichas especialidades sigan aún sin desarrollarse. Y esto, se mire por donde se mire, es un atentado a la salud pública.
Ayer, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José GÁ¼emes, anunció que el Gobierno regional está trabajando para implantar en todas las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la región, un sistema de distinción de las llaves que unen las vías al paciente para evitar tragedias como la del bebé Rayán, y que lo van a hacer en el cien por cien de los hospitales, lo que convertirá a la región en la primera de toda España en contar con este sistema.
Por favor, no aprovechemos esta tragedia para hacer política. La implantación de ese sistema de distinción de las llaves que unen las vías al paciente es un asunto tan prioritario que ya tenía que haber estado implantado. Otra cosa; en referencia al error que cometió la enfermera que atendía a Rayán, el consejero de Sanidad dice que errar es humano. También señaló que no se puede hablar de «negligencia médica» porque eso es algo que tendrá que determinarlo el Colegio de Enfermería o los Tribunales. Y yo pregunto: ¿y de negligencia del sistema sanitario, señor GÁ¼emes, se puede hablar?
Maite García Romero
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