Blanca Tejero, profesora de los Grados en Maestro de Educación Primaria y Educación Infantil de la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR, habla sobre cómo educar a los más pequeños en valores en estas fechas navideñas.
La Navidad, un buen momento para reforzar los vínculos afectivos de los más pequeños
- “Los padres podrán ser modelos que transmitan a sus hijos la importancia de vivir la Navidad en familia, siempre y cuando asimilen las tradiciones de manera positiva”
- “Cada vez hay menos adultos a los que les gusta la Navidad”
Madrid, 19 de diciembre de 2013.- ¿Puede ser la Navidad algo más que una fiesta? Según Blanca Tejero, profesora de los Grados en Maestro de Educación primaria y Educación Infantil de la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR, la Navidad es un momento ideal para educar y reforzar los vínculos afectivos de los más pequeños. La profesora de UNIR señala que la solidaridad, la seguridad y la unión, son algunos de los valores que deberían alentarse en los niños en estas fechas.
“Los padres podrán ser modelos que transmitan a sus hijos la importancia de vivir la Navidad en familia, siempre y cuando vivan y asimilen las tradiciones de manera positiva”, apunta la profesora de UNIR.
Compartir la Navidad refuerza el sentimiento de pertenencia familiar en el infante y contribuye a la construcción de una identidad más sólida y segura.
LA NAVIDAD DE ACUERDO CON LA EDAD DEL NIÑO
Según su edad los niños van descubriendo y participando en estas fiestas de una forma distinta; así lo desglosa Blanca Tejero:
- De 0 a 4 años. El niño participa como observador y aprende su primer vocabulario relacionado con estas fiestas.
- De 4 a 6 años. En esta etapa la imaginación juega un papel principal, desarrollando la ilusión y la fantasía.
- De 6 a 8 años. En esta etapa comienzan las preguntas sobre el concepto de la Navidad y sus distintas formas culturales de celebración.
LA NAVIDAD EN LOS ADULTOS
Según Tejero, “cada vez hay menos adultos a los que les gusta la Navidad”. Los motivos de este cambio se deben a la ausencia de seres queridos, rompiendo en muchos adultos el encanto de estas fiestas.
La Profesora de UNIR concluye afirmando que “estas fiestas son ideales para despertar en los más pequeños una sensibilidad social y ofrecerles seguridad. Una de las lecciones que los adultos deberían transmitir a los niños es que el recibir sin el dar no es un buen mensaje”.