Los dos años que mi trabajo me permitió frecuentar la facultad de Derecho, me enseñaron una cosa: la Constitución Española contempla la pena de privación de libertad como forma de reinsertar al delincuente nuevamente en la sociedad.
En España, en estos momentos, el ser de izquierdas impide encerrar de por vida a un asesino, y nadie reconoce la realidad histórica: que Fidel Castro le pidió al Che salir de Cuba porque estaba ejecutando una ingente cantidad de cubanos en juicios sumarios…
Desde el año 78 hasta nuestros días ha corrido mucha agua bajo el río, se han quedado atrás demasiados muertos por terrorismo, por pederastia y otras formas de ‘asesinar’ ciudadanos/as: menores inocentes que se encontraban por casualidad en un supermercado en el momento de poner una bomba; en el tren de Atocha, cuando ‘a alguien’ se le ocurrió poner una mochila cargada de explosivo; en la puerta de un colegio, cuando a un pederasta se le ocurrió engatusarlo, llevárselo en su coche y después de cometer sus atrocidades, matarlo para que no le identificara…
Por otro lado, también encontramos condenados por consumo de droga, a quienes les llega la hoja de internamiento en prisión cuando ya se han reinsertado y viven una vida tranquila con su familia…
Todos los casos deben ser revisables.
La cadena perpetua es una pena privativa de libertad de carácter indefinido, y que normalmente se impone como condena ante un asesinato grave, y puede implicar la privación de libertad de por vida (en especial sin posibilidad de libertad condicional). Constituye el castigo más severo que puede recibir un criminal.
Francia, Canadá, Holanda y Alemania contemplan la cadena perpetua en casos de delitos graves.
En nuestro país nos encontramos con asesinos condenados por terrorismo a 1.200 años de prisión; o por pederastia, que no se quieren acoger a los cursos de reinserción… y los especialistas saben que estos volverán a reincidir, sí, hablamos de los casos de violación y pederastia… y de los terroristas, que tienen grandes posibilidades de seguir colaborando desde la trastienda en la extorsión y sin embargo algunos salen a los dos años y otros a los veinte, paseando arrogantes por la calles, sin pedir perdón por sus fechorías…
No quiero la cadena perpetua para quien es capaz de reinsertarse y dejar de ser un peligro para la sociedad, pero quienes siguen pensando en hacerle daño a los inocentes, mejor está lejos de la posibilidad de volver a delinquir.
