No sé porque se habla de septiembre como si todo empezara de nuevo ,pero es así parece que el año empieza dos veces en septiembre y en diciembre ,es una extraña sensación como si alguien hubiera decidido partir el año en dos partes.
Es raro pero es así, y pasa siempre este año el bucle parece ser más duro de llevar que antaño ,el calor sigue apretando duramente, todo sigue su curso la crisis sigue ahí y todo esta mas o menos en su lugar.
La visita al dentista me ha hecho ver que la ciudad poco a poco recupera su pulso todo vuelve a su lugar, la ciudad tiene unos personajes de los más variopinto que le dan algo de color.
Aunque las persianas bajadas recuerdan en qué situación nos encontramos ,la vida sigue ahí dispuesta a ser vivida ,aunque el gobierno no se entere de nada y la casa de caridad este llena de gente como si se tratara de un centro comercial.
Los carteles de descuentos invitan a entrar en locales que antaño tuvieron gran afluencia de gente, mientras las tiendas de lujo también echan el cierre.
Nadie escapa a la crisis, un edificio fantasmal a medio hacer es muestra firme e impasible, iba a ser un gran hormiguero de pisos que nadie sabe si llegara tomar forma.
Un hombre mira atento la mole de cemento que carece de vida, está ahí pensativo quizás sea uno de los que esperaba vivir ahí o algún familiar cercano.
Decide seguir su camino absorto en sus pensamientos, dos ejecutivos sentados en un bar apuran una cerveza mientras ,hablan de lo poco que han vendido sus empresas este año y uno le dice al otro, tranquilo nada es eterno.
Sigo mi camino observando la ciudad ,de camino a casa después de que el dentista se alegre de verme por su consulta y sobre todo de saber que me arrancara dos muelas con lo que su cartera se llenara ,el también se queja de que hoy solo vinieron cuatro pacientes a su consulta y que todo está mal…
Y pensar que mi dentista me llamo exagerado cuando le comente que la crisis no era un producto de mi imaginación, fruto de mi trabajo en la radio o de mis escritos.
Hasta hace poco aun me encontraba con gente que negaba la crisis y me llamaba alarmista y tremendista o algo peor, hasta mi tía la del gabinete de belleza que presumía de la solvencia de sus clientes, ha empezado a notarla también y eso que me dijo que era mentira y que era un exagerado, pesimista y poco menos que todo era producto de mi imaginación, poco a poco todos van abriendo los ojos.
La realidad es cruda y está ahí a otros nos toca masticarla por aquellos que se niegan a hacerlo.