Sociopolítica

Cambiar para que todo siga igual

Crónicas del Sur de América

El cambio de Jefe de Gabinete, la salida de Alberto Fernández para la llegada de Sergio Massa se suponía sería la primera de una serie de medidas que intentarían relanzar el gobierno de Cristina Fernández, que parecía estar convaleciente después del conflicto con el sector productivo más importante del país, pero después de unos días, lo único que se ha visto es nada.

Los personajes más cuestionados del Gobierno, como el súper Ministro de Planificación Julio de Vido, o el Secretario de Transporte Ricardo Jaime siguen en sus puestos, como el impresentable Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, siguen en sus puestos, y hasta el momento los únicos que han sido removidos son hombres del riñón del Vicepresidente, que se atrevió a oponerse a una medida anticonstitucional.

Por su parte, el Ministro del Interior, convertido en justificador oficial de gobierno, ahora avisó que los lineamientos rechazados por la sociedad y el Congreso no van a modificarse, por lo que no sería una locura esperar más medidas que atenten contra los pocos sectores que el Gobierno no ha podido doblegar.

Para seguir con la intolerancia contra el sector agrario, intolerancia ideológica propia de un gobierno que asocia todos los males del país al campo y las fuerzas armadas, la Presidente, haciendo gala de una falta de tacto solamente vista en su marido, no asistió a la tradicional inauguración de la muestra de la Sociedad Rural, una de las asociaciones que tomaron la posta en la defensa del derecho a la producción; lo que ni la Presidente ni sus asesores imaginaban es que ese golpe, que intentaría socavar la muestra, sólo sirvió para que gane más adeptos en la sociedad, llegando a recibir la cifra récord de 430.000 visitantes en 6 días, esto a pesar del boicot oficialista que incluyó la retirada de los stands de las provincias afines al gobierno, y de instituciones y organismos gubernamentales, incluidas las Fuerzas Armadas y la Policía Federal.

Pero el boicot no se limitó solamente a eso, sino que incluyó el intento de retirar de la muestra a los inspectores del SENASA, lo que impediría el libre movimiento de animales durante la exhibición, siendo los animales y la subasta de ellos uno de los mayores atractivos de la muestra.

Mientras este boicot poco escondido se desarrollaba, el flamante Jefe de Gabinete intentaba dar una nueva imagen de dialoguista… reuniéndose con Gobernadores afines al Gobierno Central, evitando a feroces críticos como el puntano Rodríguez Saa o el cordobés Schiaretti, cuyas críticas se vuelven más agudas día a día, y tratando de dividir la nueva alianza agraria queriendo recibir a los dirigentes de las entidades por separado, usando la vieja táctica de “divide y vencerás”, que afortunadamente fue prevista porque los dirigentes rechazaron esta medida.

Por otro lado, el Vicepresidente de la Nación seguía recibiendo elogios por su decisión, y mientras prácticamente rogaba por un encuentro con la Presidente, el círculo chico de asesores dilataba la reunión sin argumentos válidos y sin motivos coherentes, finalmente hoy volvieron a verse las caras… y no hay muchos datos sobre la reunión, aunque conociendo a la Presidente, puede intuirse el contenido de la misma.

Como se ha visto, lo que podría haber sido el relanzamiento del Gobierno solamente ha sido un cambio de máscaras para continuar con políticas que aíslan y complican al país en tiempos en que los mercados internacionales necesitan de la Argentina, bajo excusas falaces sin sustento científico, político y económico.

Mi punto de vista: es poco probable que la Presidente o sus asesores lean esto o columnas similares, pero deben advertir lo que muchos ya han advertido, que es un país en rumbo de colisión que necesita virar pronto para no terminar con el Titanic. Para esto además de medidas económicas y políticas que den más libertad, en lugar de más control estatal, es necesario cambiar realmente personajes cuestionados y que no hacen más que hacerle daño constante al novel gobierno.

La Presidente tiene que gobernar durante otros 41 meses para cumplir con su mandato democrático, y es hora de que cumpla lo que tanto grita, que es a ella a la que eligieron y no a su marido, porque lo que todos vemos es que él gobierna desde las sombras, y el único golpe contra su autoridad es el del expresidente en funciones, que se niega a dejar el protagonismo.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.