Caos o Catástrofe: es la hora de tomar grandes decisiones polÃticas
En 2008 el economista Pedro Montes ya describió la inevitable y profunda crisis económica que sufrirÃa España. Montes definió la situación de la siguiente manera: “debemos escoger entre el caos y la catástrofeâ€. Hagamos un repaso de la situación que le hizo llegar a esta conclusión.
Las ventajas de la permanencia en la Europa del Euro se han desvanecido, ya no disponemos de financiación ilimitada a bajos tipos de interés ni una inflación baja, los intereses de la deuda han crecido extraordinariamente y la prima de riesgo se sitúa a más de 300 puntos básicos, insostenible a medio plazo.
Como resultado de la crisis inmobiliaria se acumula gran cantidad de deuda pública (debido principalmente a las polÃticas de socialización de deuda del PPSOE) y privada, en total se supera los 4,3 billones de euros y el principal problema es devolver la deuda y seguir obteniendo financiación de los mercados; pero la única manera de conseguir pagar la deuda es obteniendo superávit (más ingresos que gastos), y España tiene déficit lo cual le obliga a seguirse endeudando cada vez más. Las exigencias de la Troika son rebajar ese déficit, no crear superávit, y  como objetivo final pagar la deuda de los acreedores, por ello se realizan severos ajustes en las economÃas, con polÃticas de austeridad. Pero hay más opciones para salir de la crisis, lo que pasa es que los polÃticos ni tan siquiera quieren oÃr hablar de ellas, prefieren “sostener el sistema fallido a costa de sacrificar a la población vÃa rescateâ€, aunque esas decisiones atenten contra la lógica económica.
Veamos qué otras opciones existen:
- Incremento de las exportaciones y mejora de la competitividad de las empresas. Medida insuficiente para el equilibro en las balanzas de pagos. La reducción de la competitividad pasa por reducir los costes de producción, o sea, reducir los salarios. Los salarios de los trabajadores y el salario social (prestaciones por desempleo y servicios sociales). También disminuyendo las cotizaciones a la Seguridad Social.
- Desvincularse del Euro, recuperar la capacidad de emitir moneda e implementar una polÃtica de creación de empleo y reindustrialización del paÃs. Lo que supondrÃa el “caos†económico. También en determinados cÃrculos de intelectuales se baraja la idea de crear un “Euro Mediterráneo†para devaluar la moneda (España, Portugal, Grecia, Chipre e Irlanda) y poder hacernos más competitivos ante las duras exigencias de Merkel.
- Liquidación Ordenada de la Banca, Auditoria de la Deuda, proceder a una “quita†y juicio a los responsables polÃticos y financieros. Tal y como ocurrió en Islandia o Ecuador. España es la cuarta economÃa europea, hay que emitir una señal a los mercados empezando por la LIQUIDACIÓN DE BANKIA, e iniciar una renegociación de la deuda que implique una “quita de la mismaâ€. Tan sólo un dato que avala la necesidad de realizar una Auditoria de la Deuda, la Seguridad Social soberanizó 60.000 millones de Euros, y no se tiene constancia de la cantidad de deuda soberana que ha realizado CESCE y las CCAA a través de sus “Agencias Exteriores de Exportaciónâ€, que es por donde se está adquiriendo toda la soberanización de la deuda privada.
- Declararnos en Bancarrota. Que es realmente la situación real en la que estamos y renegociar la deuda y sus condiciones, favorables para el pueblo y no para los acreedores.
Dentro o fuera del Euro existen múltiples posibilidades de superar esta crisis, tan sólo hace falta un ingrediente mágico: voluntad polÃtica para tomar una gran decisión, porque es el momento de tomar grandes decisiones.
Por desgracia, nuestros polÃticos prefieren el “Rescate/Catástrofe†que implicará  reducir las pensiones, despedir empleados públicos y limitar las prestaciones por desempleo, ideologÃa neoliberal por antonomasia,  que se disfraza por un fracasado “modelo polÃtico y administrativo†debido principalmente a los excesos de la partitocracia. Un paÃs rescatado pierde su soberanÃa, y no sólo su soberanÃa, pierde cualquier toma de decisión polÃtica importante, incluida la de implantar polÃtica de crecimiento.
Y aun los polÃticos se preguntan por qué aumenta la desafección, es evidente, los ciudadanos percibimos que nuestros polÃticos prefieren pagar la deuda que reducir el hambre, la pobreza, el paro o la desigualdad instalada en nuestro paÃs con la excusa de acabar con el déficit, por ello se enzarzan en discursos vacuos como el federalismo o la duplicidad de competencias, cuando ese realmente no es el problema, el problema es que la Deuda no se puede pagar y  no se toma ninguna decisión, por ello señores polÃticos no es momento para ser pusilánimes, sino para tomar una gran decisión, ¿cuál va a ser?
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