Admirado don Mariano: Soy el Carlampio, espero que al recibo de esta carta se encuentre usted bien de salud. Yo bien (G. a D.)
Una vez más y abusando de su paciencia y de mi sobrino el Julián, que es quien me escribe estas letras para usted, tengo el honor de dirigirme a usted para decirle lo siguiente: Yo, como no sé leer, me entero de las cosas por lo que oigo en la radio, aquí, como le dije, no llega la televisión, y por lo que la gente comenta en la taberna de José “El Patillas” y en la de Pepe, el hijo de la Vicenta, son las dos tabernas que hay en el pueblo. Así me he enterado don Mariano, de que usted ha dicho que los españoles entienden lo que usted está haciendo y en relación con esto le digo don Mariano, que yo, y mire que soy bastante atascado, si le he entendido y por eso le voy a decir don Mariano, que he entendido perfectamente que las pensiones han subido aunque a mí y a muchos más nos la han bajado, cobramos menos que el año pasado, ya le escribí sobre eso por si había algún fallo con los números, pero usted no me ha contestado pero no se lo tengo en cuenta porque sé que está usted muy atareado. También tengo claro que debido a la cosa esa de la subida de impuestos muchos trabajadores van a cobrar menos jornal, por culpa de esa subida de impuestos que usted dijo que no iba a subir pero que los ha subido, y que la reforma fiscal, esa de que le hablé en mi primera carta, no va a crear empleo este año y que van a aumentar en 600.000 más los parados a final de año cuando dijo usted que iba a haber puestos de trabajo para todos. Le hemos entendido muy bien don Mariano, usted está haciendo todo aquello que dijo que no iba a hacer, está muy claro, lo que pasa es que la gente no se para a pensar y se cabrea sin motivo, pero usted no haga caso don Mariano, siga así porque resulta que las personas somos animales de costumbres, pero al final cambiamos y nos amoldamos a todo. Somos como la borrica de mi sobrino el Julián, a la Salera, la borrica, le cuesta mucho coger un camino porque siempre quiere ir derecha a la cuadra, al pesebre. Usted a lo suyo don Mariano, lo está haciendo muy bien con su política del sí pero no, lo que pasa es que la gente no se da cuenta de que lo que usted hace es poner en práctica una nueva forma de gobernar. Como usted asegura, usted no miente a los españoles, lo que usted hace es hacer todo lo contrario de lo que dice, o sea que no tiene usted ideas fijas, usted no es ningún cenutrio, siempre hace lo que está bien sin equivocarse, ¿estoy en lo cierto don Mariano?, no es como el Bartolo, el tonto del pueblo, que se ha empeñado en que salga agua fría y caliente de la fuente que tenemos en la plaza del pueblo y por eso mantiene, desde el comienzo del invierno, una hoguera encendida junto a la pila en la que cae el chorro del agua. La fuente sirve también como abrevadero para las caballerías pero resulta que se asustan por el fuego y no se acercan para beber. Estoy seguro, don Mariano, de que usted sabría resolver este asunto.
Hablan, don Mariano, de que usted ha dicho que continuará haciendo reformas, mi mujer, la Simona, ya le hablé de ella, tiene la misma intención que usted, también quiere hacer reformas en casa y quiere construir un retrete para no tener que salir a medianoche a la cuadra, con el frio que hace, para hacer lo que usted y todos hacemos, dicho sea con perdón. También dicen que usted ha dicho que siempre cuenta la verdad a los españoles, yo no lo dudo, tengo claro que usted siempre dice la verdad, lo que pasa es que suele cambiarla por otra verdad más real, y la gente no se da cuenta de que usted lo hace con la mejor intención. También hablan de que su ministro de la cosa de la economía ha dicho que si esta reforma laboral que usted ha hecho se hubiera hecho antes hubiera ahorrado un millón de parados, esto también lo entiendo don Mariano, su ministro ha dicho que ahora habría un millón más de despedidos que viene a ser lo mismo pero no suena tan fuerte.
En fin don mariano, si le parezco cansino le pido por favor que me dispense, no tenga usted inconveniente en decírmelo con el mismo principio que a usted le caracteriza, o sea, sin variar de pensamiento, siempre manteniendo la misma postura. Y con estas letras se despide su admirador más incondicional.
Carlampio Cantalejo Ripiogordo
Posdata: Le agradecería, si no es mucha molestia, que se interesara por ver la forma de solucionar lo del abrevadero. Les haría usted un gran bien a los animales. Gracias.