Queridos Reyes Magos:
Este año no es que haya sido bueno, que lo he sido, como siempre. Pero esto ha ocurrido porque no me han dejado portarme mal. Cada vez que he intentado sacar los pies del tiesto, y éstas no han sido pocas, he recibido una colleja a modo de correctivo que me ha hecho ver las estrellas. Si se me ha ocurrido alzar la voz contra algo o alguien, me han mirado de una manera que decía muy a las claras que me callase porque estaba en el foro equivocado y he perdido un buen número de seguidores en las redes sociales. Como soy muy obediente he intentado maquillar mis pensamientos entre chistes sin gracia y bromas que sólo yo entendía por el bien, no ya mío y de mi familia, sino por el bien común¿Ven como soy bueno? Aunque quizá sí que pudiera generar alguna duda decir que soy obediente.
Porque soy un tipo austero que no requiere de grandes atenciones, ni quiere amontonar muchas riquezas, sólo voy a pedir dos o tres cosas que redunden en mi beneficio y en el de mi familia. Eso sí, además de lo que les solicito en esta misiva, les invito a que me obsequien con alguna de las sorpresas que suelen ofrecerme que, en forma de libro, saben que me encantan y que todos los años hacen brotar una sana sonrisa en mis labios y un brillo anhelante en los ojos. Si no pudiera ser un libro, no tengan reparo alguno en hacerme llegar un reproductor de películas y documentales de calidad puesto que la televisión que veo es la que se emite en abierto y esta es de una calidad deleznable puesto que busca el adoctrinamiento del ciudadano en lugar de cultivar su cultura. En caso de no poder hacerme llegar algún libro ni tampoco el reproductor, pueden sorprenderme con un abono anual de alguna emisora digital de radio en la que pueda huir de las radio-fórmulas en las que únicamente emiten la infumable música que perpetran los amigos, y a veces amantes, de los productores y anunciantes que ponen la pasta evitando que podamos disfrutar de programas con un mínimo de calidad musical en beneficio de sus amigos, amantes o novios. Si tampoco pudiera ser, por favor permitan que tanto mi ebook como mi ipod no sufran ninguna avería, para poder leer lo que me apetezca y escuchar lo que me venga en gana en todo momento.
Además de la sorpresa que les indico, decirles que la primera de esas dos o tres peticiones que les indiqué que iba a hacerles está clara por su necesidad extrema: Unas gafas nuevas. Las que tengo están tan rayadas que no me permiten, no ya ver ninguna luz, sino mirar cualquier cosa sin que me entre un dolor de cabeza que haga que tenga que estar en cama quince horas sin abrir los ojos. Pues si alguna vez miro hacia una fuente de luz por pequeña que sea, se forma ante mis ojos un prisma en el que se fragmentan todos los colores del espectro y, pasados breves segundos, me entra un dolor de cabeza insoportable. Además, tengo un par de grietas en ambas lentes, que hacen que vea cuádruple o quíntuple. Este hecho provoca que la náusea ante la basura que nos rodea, en mi caso, se vea multiplicado por cuatro o por cinco. Haciendo que esté cerca de la más profunda depresión a cada paso que doy. Por lo que, para evitar que mi visión se vea perjudicada, abandonar los dolores de cabeza que me acechan y porque se hace necesaria una nueva visión de la vida que evite esta enorme depresión, les pido unas gafas nuevas que, como comprenderán, me son tan necesarias.
Al tener, como bien saben, la inmensa fortuna de estar trabajando, les pido que no cambien nada de mi realidad laboral, salvo que exista la posibilidad de una mejora económica. Pues, como todos, yo trabajo por dinero. De hecho, el trabajo es algo tan sumamente malo que, para que vayas, te pagan. Así que, además de darles nuevamente las gracias por el trabajo que tuvieron a bien traerme el año pasado, he de decirles que han sido extremadamente generosos conmigo porque me han obsequiado con unos compañeros fantásticos que hacen que el ambiente laboral sea maravilloso. Mi petición pues es clara. Hagan que este magnífico ambiente se alargue en el tiempo y que no se disgregue esta fantástica sociedad que hemos conformado basada en el respeto, el cariño, el buen hacer y el magnífico humor de que hacen gala mis compañeros de trabajo.
Por último, esta vez en lugar de que me traigan algo, les voy a pedir que me lo quiten. Pero no que me lo quiten y ya está. Si no que lo envíen lo más lejos posible sin posibilidad de vuelta y sin que les dé el menor apuro despojarme de semejante basura. De modo que, si no les molesta, vayan haciendo un hatillo con todos los políticos españoles. No duden en incluir junto a ellos a toda la clase dirigente de los dos lobbys de información que buscan engañarnos consiguiendo votos para los partidos que son sus mecenas y a los altos cargos judiciales puestos a dedo por estos politicastros. Metan junto a ellos a todos los políticos de nuevo cuño que han sido encumbrados por estos lobbys informativos no sabemos muy bien con qué oscura promesa o a cambio de qué prebenda. Así, con mucho cuidadito, cariño, y perfectamente empaquetados, envíenlos, por ejemplo, a la Antártida. Aunque si puede ser a cualquier otro planeta o galaxia, tampoco estaría mal que los envíen allá, eso sí, cerciórense de que dicho planeta está deshabitada porque, de lo contrario, sumirán a sus habitantes en la mayor de las desgracias. Si no pudiesen hacerlo, dejen que les pida un pasaporte en regla y un juego de maletas para mi familia y para un servidor, con las que podamos largarnos lo más rápido y lejos posible de este agonizante país.
Siempre suyo afectísimo,
Emilio Durán