Estimados señores:
Me han llegado noticias de que responsables del Jardín Botánico de Madrid han decidido sacrificar a los gatos que viven refugiados en dichas instalaciones. Soy madrileña y me siento orgullosa de mi ciudad, por su permanente evolución fruto del espíritu abierto, unido a un interés en los ciudadanos por adaptarnos a las mejoras sociales, tanto a nivel colectivo como individual. El respeto por la nauraleza y los animales, en particular, es una muestra de civismo y de amplitud de miras, defendiendo nuestro patrimonio cultural y nuestro habitat. Pero no estamos excentos de defectos propios de cualquier humano y ustedes conocen tan bien como yo, que el abandono de animales domésticos es una evidencia más de lo mucho que nos queda por mejorar. Estos felinos, a los que he tenido el placer de ver cuando he pasado cerca de su recinto, sobreviven sin perjudicar a nadie y sólo son víctimas inocentes de la falta de escrúpulos de algunos de nuestros congéneres que los han dejado a su suerte. Ellos no merecen pagar con su vida por algo de lo que no son responsables. Tengo que decirles que, al igual que yo, somos muchos los madrileños y visitantes que nos sentimos orgullosos de que hasta ahora se les haya permitido permanecer en este lugar tan acogedor, protegidos y al mismo tiempo libres para disfrutar de una naturaleza que también les pertenece a ellos, al igual que a ustedes y a mí. Es necesario un control en la natalidad de estas criaturas, por supuesto, pero el quitarles la vida que ahora disfrutan, no es la solución más justa y civilizada.
Den evidencia ustedes también de su evolución, en otras ciudades europeas esta decisión sería impensable. Confío en que recapaciten, para el bien de estos animales y también, por qué no, del respeto que tenemos el resto de los ciudadanos por nuestro patrimonio cultural y natural, siendo dirigido por personal competente, pero al mismo tiempo compasivos, como lo ha sido hasta ahora la dirección del Jardín Botánico de nuestro querido Madrid.
“No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes / pero el Jardín Botánico es un parque dormido / que sólo despierta con la lluvia /… pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico / aquí se quedan sólo los fantasmas / Ustedes pueden irse / Yo me quedo….(con los gatos) A la izquierda del roble .- M.Benedetti
Yolanda Plaza Ruiz
http://delavidaylapalabra.blogspot.com/