Señor Rosell, presidente de la CEOE: He leído parte de la entrevista que le hizo a usted la revista Expansión, recogida por Europa Press y de la cual se ha hecho eco el periódico Información de Alicante, y respecto a ella he decirle que jamás he leído tantas barbaridades verbales reflejadas en las páginas de un periódico. No quiero afirmar que lo haya, pero veo un amago de una cierta ruindad en sus manifestaciones. Creo que su euforia por el triunfo que con la ayuda del Gobierno, ha tenido la organización que usted preside está haciendo el que usted se manifieste en unos términos y en una dirección que no es la correcta para el buen entendimiento que debe imperar entre empresarios y trabajadores para que el tejido productivo de este país de los resultados que todos esperamos y deseamos para salir de esta situación que a todos nos afecta.
A continuación paso a darle a usted mi opinión sobre lo que me parecen sus desafortunadas declaraciones y en primer lugar quiero referirme a eso que usted dice que los desempleado encuentran trabajo “milagrosamente” cuando falta un mes o dos para agotar su prestación. Eso no es cierto, lo es cuando hay una connivencia fraudulenta, un acuerdo tácito, entre empresario y trabajador y usted lo sabe, nadie encuentra trabajo cuando le viene en gana, lo que sí es un “milagro” es encontrar un trabajo y usted lo sabe también y veo que es usted consciente de ello cuando afirma que “los servicios públicos de empleo no funcionan ni a la de tres, pues solo consiguen trabajo el 3% o el 4% de los parados”. ¿En qué quedamos? ¿Encuentran trabajo todos cuando están a punto de perder la prestación o solo encuentran trabajo el 3 o el 4% de los parados? Parece ser señor Rosell que ese “milagro” al que usted alude solo alcanza a estos exiguos porcentajes. Habla usted de que la formación sea obligatoria.
Señor Rosell, hay trabajadores en paro que están en constante formación, han hecho cursos hasta de catequesis pasando por los antiguos “cursillos de cristiandad”, perdone usted el tono sarcástico, y salvo a unos pocos a ninguno de ellos les ha servido para encontrar un puesto de trabajo. Seamos serios señor Rosell. Pero ya que habla de cursos de formación me permito sugerirle a usted que desde la confederación empresarial que usted preside se podrían promover cursos de formación para empresarios que buena falta les está haciendo a muchos de ellos porque para ser empresario también se requiere una formación de la que muchos carecen y así les va, a ellos y de rebote y a sus empleados.
Dice usted, señor Rosell, que “los despidos improcedentes no deberían de existir, porque no podemos decir que todos los empresarios y todas las empresas sean malas, que seamos todos fraudulentos y lo hagamos todo fuera de la ley”. Deduzco de sus palabras que para usted todos los despidos son procedentes. Estoy de acuerdo con usted en que no todas las empresas son malas y fraudulentas, pero muchas, muchísimas, cierran una puerta y abren otra y los despidos que los pague el Fogasa. Convendrá usted conmigo en que esto que digo es real y que abunda bastante. Da usted por hecho que no se creará empleo en 2012 “porque sigue sin fluir el crédito a las empresas”, eso es algo que todos sabemos, esta reforma laboral recientemente aprobada por el Gobierno de Rajoy para dejarles a ustedes, a los empresarios, contentos, no va precisamente en la dirección a seguir para crear empleo. Ese es el problema señor Rosell, el crédito que no fluye y no los trabajadores.
Insinúa usted la conveniencia de aplicar amnistías fiscales para recuperar el dinero negro en circulación. Aquí también le doy la razón, pero hay mil formas para que emerja el dinero negro sin necesidad de amnistía, hasta el más ignorante sabe el modo de “blanquearlo”, le recomiendo que haga usted una prospección entre los hombres de negocios y muchos empresarios, no todos, y verá usted qué nivel alcanza la “negrura” del dinero.
Una cosa si me ha llamado la atención y es que en ningún momento habla usted de acabar con la economía sumergida, con los clandestinos, será, digo yo señor Rosell, digo, no afirmo, porque los clandestinos son los que trabajan para los “legales” a precios muy bajos ya que no pagan ni impuestos ni cotizan a la Seguridad Social y pagan salarios muy bajos y por eso no interesa que sean eliminados. Digo, no afirmo. Usted verá.
En fin señor Rosell, no se ha llenado usted precisamente de gloria con sus declaraciones, modérese, el país espera algo más, algo mejor, de quien dirige la organización empresarial más potente de España. Creo que ha decepcionado usted hasta a los que representa, que ya es difícil de lograr.