La verdad es que el caso Bárcenas se está convirtiendo en un folletín en el cual se relatan actitudes y hechos que no hacen más que aumentar la sensación de la opinión pública de que en este caso “hay tomate” y que en el Partido Popular no están dispuestos a colaborar y que por ello el único culpable de toda esta historia sea Luis Bárcenas. Esta colaboración con la Justicia por parte del PP, por mucho que los populares nos quieran hacer creer, brilla por su ausencia. Cuando en un principio el juez instructor pidió al PP los libros de registro de las visitas que se producían en su sede, se le respondió al juez que solían destruirlos cada cierto tiempo. Después el instructor pidió que se le entregaran los ordenadores que utilizaba Bárcenas en su despacho en la sede popular, se los entregaron a los dos meses, uno sin el disco duro y el otro con un disco duro que no era el original. Posteriormente el juez ordenó las comparecencias de las que fueron secretarias de Bárcenas y de La Puerta y en dicha comparecencia les requirió a ambas que le entregaran las agendas de los dos extesoreros del Partido Popular, ambas respondieron con las habían tirado, pero se da el caso de que se han podido detectar unos SMS entre la esposa de Bárcenas y su exsecretaria en la que la primera le pidió a la ex que le entregara la agenda de su marido, a lo que la antigua secretaria respondió que dicha agenda se encontraba en la sede el PP, luego no la había tirado a la basura. Aquí todo son contradicciones, maniobras dilatorias para ganar tiempo, ellos sabrán por qué, y el ya clásico “no lo recuerdo”. Todo esto es más sospechoso.
Sin entrar en críticas sobre las gestión del juez instructor, la opinión pública no acaba de entender cómo no se procedió desde el primero momento en que se destapó lo de Bárcenas, al registro de su despacho en la sede del PP y en su domicilio particular, se podría afirmar casi con toda seguridad que muchas de estas cosas que han “desaparecido” hoy estarían en poder del juez y se hubiera dado un gran paso en la investigación y por tanto en la instrucción.
Hemos visto tiempos atrás como se registraban los domicilios sociales y particulares de mucha gente implicada en el “caso GÁ¼rtel” consiguiendo una documentación muy válida, y no se explica el que no se procediera de igual modo en lo de Bárcenas. Hay quien piensa que se ha tenido mucho “respeto” con el Partido Popular y esto ha llevado a que se puedan perder pruebas muy importantes a la hora de esclarecer este feo asunto. Posiblemente no se haya actuado con la celeridad que el caso requería. En mi opinión este sumario se abrió con muchas interrogantes y sigue por el mismo camino.