Señor Presidente:
El próximo 24 de enero, el ciudadano italiano Simone Righi se presentará en los juzgados de Cádiz acusado de unos delitos que no ha cometido, y de los que no existen pruebas condenatorias. Sin embargo, sí hay testigos que demostrarán que Simone es inocente.
La pesadilla del Sr. Righi comenzó en el año 2.007, cuando decidió visitar Cádiz acompañado de su pareja, Jo Fiori, y de sus tres perros, Holly, Vito y Maggie. La pareja buscó una residencia donde poder alojar a los canes durante cuatro días. Aconsejados por un policía, optaron por hospedarlos en la residencia privada de Puerto Real, previo pago. Transcurridos los cuatro días, la pareja volvió a recoger a sus perros, pero ya no estaban. Holly, Vito y Maggie habían sido asesinados junto con otros canes.
A los veinte días de lo ocurrido, el 7 de octubre del 2.007, se organizó en Cádiz una manifestación en repulsa por los crueles asesinatos de miles de animales de forma ilegal y cruel en la perrera de Puerto Real, donde Simone y Jo habían perdido a sus seres queridos. Alrededor de 2.000 personas, entre las que se encontraba la pareja, participaron en el acto. Coincidiendo con la concentración animalista se festejaba el día de la Patrona de Cádiz. Como parte del festejo, los miembros de la Junta Municipal y la alcaldesa acudieron a una misa celebrada en el convento de Santo Domingo, cercano al lugar de la manifestación. Al finalizar la ceremonia, la alcaldesa y los miembros de la Corporación salieron escoltados por la policía. Algunos de los manifestantes, entre ellos Simone y Jo, se acercaron a la primera edil para expresarle su indignación por el asesinato de sus perros. Nadie pudo preveer lo que sucedió segundos después: Simone fue reducido por la policía, golpeado y maltratado como un criminal peligroso. La víctima pasó tres días en el calabozo, incomunicado (algo que no ocurre con asesinos confesos) , y dos meses en prisión preventiva, acusado de “intento de atentado, resistencia a los funcionarios públicos y alteración del orden público”.
En el juicio del próximo 24 de enero, el fiscal solicita diez años de prisión para el Sr. Righi por los delitos de intento de agresión a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, y contra el teniente de alcalde de Urbanismo, Ignacio Romaní. Asimismo, se le acusa de agresiones al escolta de la alcaldesa y a cuatro policías, y se enfrenta a una multa de 1.080 euros por cuatro faltas de lesiones.
Sr. Presidente, el año pasado, la Audiencia de Tarragona condenó a trece años de cárcel a un asesino que mató y descuartizó a una mujer en Sant Just Desvern (Barcelona). ¿Cómo puede ser que Simone Righi se enfrente a diez años de cárcel por un delito de intento de agresión del que no existen pruebas condenatorias? En este país ¿puede perder su libertad un ciudadano honrado y pacífico, por el mero hecho de pedir explicaciones tras el asesinato de sus seres queridos?.
Miles de personas de todo el mundo creemos en la inocencia de Simone Righi, y no podemos admitir que sea privado de libertad, encarcelado como un asesino peligroso, tal y como ocurrió en el año 2.007. Entre estas personas se encuentra Jo Fiori, a quien en el comienzo de estos acontecimientos se la consideró imputada, y, posteriormente, su acusación fue “temporalmente archivada”. La Sra. Fiori se presenta en el juicio como testigo. Ella ha querido enviar un comunicado a las autoridades involucradas en este caso y a la prensa española, donde expresa el sufrimiento que han padecido durante estos años, así como su deseo de que se haga justicia. Si lo desea, puede leer su comunicado en este enlace:
http://noestamalserhumildeporlasdudas.blogspot.com/2011/01/no-soy-un-idiota-corte-europea-y.html
Sr. Presidente, estoy consciente de que el texto de mi carta es extenso, y le agradezco los minutos que ha dedicado en leerlo. Pero quisiera que no olvidase que Simone Righi puede perder diez años de su vida si el próximo 24 de enero la justicia española sale torcida.