Lo de los recortes trae a algunos de cabeza. A unos más que a otros, qué duda cabe. Porque ¿mira que quitarles de un plumazo a los desgraciaos que pueblan las cárceles ese detallito del menú diario como es la merienda? ¿Y a los funcionarios de la trena aplicarles su correspondiente subidita? Creo que se está llegando a unos extremos que rayan en la pura idiotez, en el esperpento. Y cómo no, ¿de dónde iba a salir tamaña gilipollez? Pues de Cataluña, naturalmente. De las preclaras mentes de quienes gobiernan esas tierras con impunidad feudal. Y todo, por dos miserables millones de euros “de gananciaâ€. Pero, ¿serán hipócritas estos tÃos?
¡Ay, si tuviéramos una lupa gigante y pudiéramos observar de la manera en que navegan los polÃticos, politiquillos y politicastros catalanes por el mar encantado del vil metal! ¡Qué de sorpresas se llevarÃan los demás españolitos, al comprobar que en todos los sitios se cuecen las habas! Lo que ocurre es que estos señoritos de la tostá con tomate procuran dar sus paseos en barquitas de colores, que lucen como amapolas entre trigales verdes y no están al alcance de tanto mamón de periódico como anda suelto por ahà y que con un reportaje por aquà y otro por allà te ponen en dos minutos a las herraduras de los caballos. Estos señoritos se trabajan la prudencia, oiga. Eso sÃ, en algunas de sus calas se despelotan.
Asà que, faltarÃa más que no volviera a dar el cante este estrato social dominante y de fortunas verdaderamente delirantes (todo en ante, a imagen y semejanza de la piel de la que siempre hicieron gala) Pregúntele usted al de gafas de patillas bermellón el por qué le da exactamente igual quiénes gobiernen este pobrecito paÃs. Que el único color del que entiende el Ãnclito y sus representados es el del billete de quinientos. Y se me dejan caer los mozos, ahora, con el hachazo al Cola Cao en la merienda del reo, y el pellizco a los agentes que se sitúa en los seis euros frente a los tres con diecinueve de antaño. Como bien considera el sindicato CSIF de prisiones, estas medidas adoptadas por el departamento de Justicia catalán son “deplorablesâ€. Yo las calificarÃa de otra manera, pero me remito al tÃtulo: Cataluña forever.
(Foto: Wikipedia)