Desde que termine de escribir este artÃculo y hasta el próximo dÃa 1 de septiembre, el que firma, o sea yo mismo, se marcha de vacaciones, intelectuales más que fÃsicas, para ordenar las ideas de su cabeza y regresar con energÃas renovadas con el comienzo del curso, mientras sigo ejerciendo mi labor al frente de las redacciones de economÃa y deportes.
Ha sido un año intenso, a todos los niveles, y es momento de recuperar la buena forma practicando el noble arte de la contemplación y el ejercicio insustituible de la reflexión, a la par que recupero la lectura de todas esas novelas que tengo pendientes desde hace ya demasiado tiempo.
A la vez, tú mismo, lector, puedes descansar de mÃ, de mis historias, de mis psicosis, de mis crÃticas recurrentes, de mis ignominias más soeces, mientras yaces placenteramente en la arena de la playa que tus hijos hayan elegido, o, en su defecto, otro ser de mayor poder y decisión que tú.
Disfruta del verano y nos vemos en septiembre.