Mientras que Zapatero, paradigma del desastre patrio, apadrina a Carmencita Chacón, la que cada dÃa grita más y dice menos en su particular lucha por hacerse con la secretarÃa general del partido (PSOE), el patriarca Felipe González, muñidor del GAL y Filesas mil, en la misma contienda, patrocina a Alfredo Pérez Rubalcaba a quien su atormentante pasado le impide el descanso y solo sueña con trenes y revoloteadotes faisanes…
Al Gobierno de Mariano Rajoy, según los sabios de Génova, le conviene que triunfe Rubalcaba. Se trata de un viejo conocido que ya nada o muy poco podrÃa aportar y menos aún improvisar. En otro sentido, para muchos lÃderes del PSOE, aunque guardan silencio y solo se manifiestan en contadas ocasiones y a sus Ãntimos, tanto el 38º Congreso como sus dos exclusivos candidatos, lo único que lograran será fragmentar, todavÃa más, a un partido muy baqueteado últimamente. Ninguno de los dos aporta verdadero y suficiente liderazgo para devolver al los socialistas el prestigio que les corresponde en la esfera polÃtica española, tanto ejerciendo en la oposición como gobernando.
Los votantes socialistas, tras los recientes desastres electorales padecidos, ubican a Rubalcaba y Chacón, salvando las distancias, en la parte baja del listón, a los que califican, sin el más mÃnimo recato, de “igual de malosâ€. Sus respectivos discursos son pobres, cortos de ingenio, plagados de vulgaridad y carentes del atractivo que define a los verdaderos lÃderes. Consideran a Rubalcaba totalmente amortizado y a Chacón una “chisgarabÃsâ€, excesivamente manipulada y robotizada pero una completa inane. ¿Alguien a estas alturas identificarÃa en el 2015 a Rubalcaba como presidente del Gobierno? Decir, como afirmó la ex ministra de Defensa a su llegada al Congreso en Sevilla, que al Partido Socialista le sienta muy bien la democracia (o algo similar), no deja de ser un topicazo con visis de mamarrachada (o «barrosada» por alusión a su marido)
Sus enfrenamientos en la campaña han dañado y dividido al partido que si fracasa en las próximas elecciones autonómicas en AndalucÃa el 25-M, va a suponerle un panorama demasiado oscuro al PSOE durante unos cuantos años, algo que tampoco beneficia a España porque como democracia, precisas una oposición fuerte, leal y creativa. Las mayorÃas absolutas prolongadas tampoco son lo más idónea para el futuro del paÃs.
Finalmente, lo triste y sorprendente es que en el PSOE no dispongan de «otros» candidatos y que sus afiliados, votantes y simpatizantes no les quede más remedio que la resignación y tener que tragar con «mas de lo mismo»