Los ciudadanos chinos llevan décadas aprendiendo de los paÃses occidentales. Es hora de que hagamos lo mismo y miremos hacia China.
China ya está aquà y ha venido para quedarse. Si queremos solucionar los principales problemas del planeta, sea el calentamiento global, la lucha contra el terrorismo o cualquier crisis económica, ya hay que contar con el gigante asiático. Su pertenencia al grupo de los paÃses más poderosos es un hecho no sólo irreversible, sino que irá aumentando con el paso de los años.
A pesar de su espectacular desarrollo económico de los últimos treinta años y de ser el paÃs más poblado del mundo, el desconocimiento en Occidente sobre China todavÃa es generalizado. SerÃa importante destacar algunos puntos que tal vez nos ayuden a comprender mejor la realidad en la que se encuentra el paÃs.
Primero, China ha dejado de ser comunista. En el gigante asiático, hay que pagar para ir al instituto y para recibir asistencia en un hospital. Durante los años 90, el paÃs vivió una privatización y americanización masivas. En la China del siglo XXI, la competitividad y los principios de una economÃa neoliberal son algunos de sus aspectos más destacados. Lo único que queda del Comunismo, junto a una economÃa relativamente controlada por el Estado (aunque cada vez menos), es una dictadura de partido único que dejó de ser proletaria hace mucho tiempo. El Partido Comunista congenia más con las ideas de Adam Smith que con las de Marx o Lenin.
Segundo, China sigue siendo un paÃs en vÃas de desarrollo. A pesar del enorme despegue económico de los últimos treinta años, China ocupa el puesto 92 en el Ãndice de Desarrollo Humano (un informe realizado por el PNUD y que mide los niveles de sanidad, educación y riqueza de las naciones), por detrás de paÃses como Bulgaria, TurquÃa o México. Es más que probable que dentro de algunas décadas China sea la mayor economÃa del mundo, pero sus 1.300 millones de habitantes todavÃa vivirán en unas condiciones muy humildes.
Tercero, los derechos humanos son muy importantes, pero hay que tener cuidado con su politización. Cuando se habla de este paÃs, la primera asociación de ideas que le suele venir a la cabeza a cualquier occidental son los derechos humanos. Éste es el resultado de tener unos medios de comunicación que parecen no saber abordar otros aspectos de la realidad social y polÃtica del paÃs. Para la mayorÃa de chinos los derechos humanos más importantes, al menos en este momento, pasan por tener un puesto de trabajo digno, un hogar donde no pasar frÃo ni calor, poder escolarizar a sus hijos, beber agua potable y recibir asistencia sanitaria. Estos son los derechos humanos que preocupan mayoritariamente a la población china.
También es importante distinguir entre aquellos que defienden los derechos humanos y aquellos que los utilizan como arma polÃtica para defender otros intereses geopolÃticos. Cuando el foco de la opinión pública se dirige hacia un paÃs y no hacia otros conviene preguntarse porqué. Para muchos chinos, gran parte de la repercusión mediática sobre las violaciones de derechos humanos en China son un intento por desestabilizar al paÃs y frenar su ascenso en la escena internacional.
Cuarto, la población china está relativamente satisfecha con su Gobierno. En un estudio realizado en julio de 2008 por el Pew Global Attitudes Project, los chinos encabezaban la lista de ciudadanos más satisfechos con la dirección de su paÃs (un 86% de los encuestados) y que consideraban que la economÃa iba bien (un 82%). Esta satisfacción con el Partido Comunista viene de haber sacado de la extrema pobreza a 500 millones de personas en las últimas tres décadas y de haber situado a China en el grupo de los paÃses más poderosos. Se mire por donde se mire, el paÃs se encuentra hoy en su mejor momento polÃtico, social y económico de los últimos 200 años. Nos puede gustar más o menos, pero es importante saber que el pueblo chino apoya mayoritariamente a su Gobierno y que de momento pocos ven una alternativa al Partido Comunista.
Para el lector occidental, muchos de estos puntos pueden resultar novedosos o incluso controvertidos. Para alguien que haya vivido en China algunos años, probablemente sean aspectos evidentes de la realidad del paÃs. Para poder acercarnos a China y comprender las cosas que pasan aquÃ, es necesario hacerlo desde una perspectiva china que analice su evolución histórica y sus raÃces culturales. Ellos llevan décadas aprendiendo de los paÃses occidentales; ya va siendo hora de que nosotros miremos hacia China.
Daniel Méndez Morán
Periodista con sede en PekÃn y Licenciado en Estudios Orientales