En lugar de vivir hablando de lo que pasa
Guillermo Echevarría es un reputado experto en formar a las personas en diversas competencias como el liderazgo, la negociación, la oratoria, etc. en buena medida gracias a los conocimientos que de estos campos posee, pero asimismo y fundamentalmente a sus innatas aptitudes para el coaching y la motivación.
«Estate alerta. Mientras solo veas problemas en una situación, es posible que te encuentres ¡defendiéndote de las oportunidades!»
Dado mi personal interés en leer todo manual y/o guía que sobre management, y más concretamente sobre liderazgo se publiquen, y exprimir las ideas en los mismos vertidas, con el fin de llevarlas a la práctica y difundirlas, así como cualesquiera relativos al crecimiento y desarrollo personal y a la motivación, pues considero que todos estos temas se encuentran profundamente ligados, afronté con sumo entusiasmo las más de 270 páginas de Cómo hacer que las cosas pasen. Solo su título ya me atrajo, dada mi idiosincrática propensión a cerrar los oídos a la verborrea de los gurús de discurso fácil y empalagoso, y a prestar por contra atención a quienes se proclaman evangelistas del ‘hacer’ y no del ‘decir’. Es una llamada a la acción en toda regla, sin ambages ni subterfugios.
En honor a la verdad, también debo decir que hice mi primer acercamiento con cierta precaución, o con la prevención necesaria para no sufrir la decepción a la que gran parte de este tipo de libros me tiene acostumbrado. Muchos de ellos, que han dado en clasificarse a veces dentro de una especie de subgénero denominado de ‘autoayuda‘, no son sino meras recopilaciones multicopiadas de frases hechas, dichos manidos, y monsergas habituales. Además de fábrica de adultos infantilizados y de neohippies de opereta.
Sin embargo, ya desde el índice, el libro de Guillermo me sorprendió gratamente: diecisiete capítulos estructurados con creatividad, con una originalidad que se haya presente en sus mismos títulos (Cómo bailar con la más guapa, Taxi coaching, La nevera, ¿De qué lado se sube a un caballo?, El encantador de serpientes, etc.), lo que hizo que cayeran mis defensas, y me lanzara cual omnívoro lector sobre él, en el deseo íntimo de que me sirviera de suculento manjar.
Cada capítulo plantea un desafío… para el que hay que buscar solución, lo que incrementó mi curiosidad. Y por si fuera poco, se cierra además con «Un minuto de coaching», es decir: preguntas que uno debe responderse, y acciones que debe llevar a cabo. Pero lo fundamental en mi decisión de recomendar este libro, es lo siguiente: tengo la costumbre de subrayar los libros, de remarcar las ideas que en ellos me parecen más importantes, y doblar las esquinas de las hojas allí donde algo me marcó, me llamó poderosamente la atención… Y lo hago porque los libros que tienen decenas de hojas con sus esquinas dobladas, y centenares de palabras subrayadas, se convierten en mis libros de cabecera, libros que dejo en una estantería especial, o que viajan del dormitorio al salón, del salón al baño, del baño a la biblioteca, a la terraza, al sofá, al coche… una y otra vez, porque serán libros que no se olvidarán, que habré de releer o simplemente retomar en una página determinada, en una frase, en una llamada a la acción… en su momento. Y sí, lo han adivinado, Cómo hacer que las cosas pasen, contiene unas más que cuántas esquinas dobladas, y otras tantas palabras subrayadas.
Vamos a trabajar nuestras creencias limitantes; vamos a modificar aquellas de nuestras actitudes que operan como auténticos boicoteadores de nuestros sueños; vamos a afrontar los imprevistos como oportunidades, a diferenciar hechos de opiniones; vamos a actuar como si el futuro imaginado fuera un presente logrado o un pasado superado; vamos a librarnos del perfeccionismo, o de los lastres de aquello que dejamos a medias un lejano día… Cerremos situaciones inconclusas (incompletitudes). No actuemos como víctimas de las circunstancias, sino como timoneles de nuestro destino. ¿Sabemos en qué nos enfocamos?
Aprendamos a hacer amarres o anclajes en base a experiencias positivas o de logro que hayamos vivido… Dejémonos ayudar… Sepamos cómo afrontar una relación lotería, o cómo procesar los pynochos… y reciclar las frases tóxicas. Hacer declaraciones para cambiar el mundo, y saber a qué debemos decir ¡basta!… y decirlo. Y por supuesto a reconocer los pensamientos termita, y hacer limpieza mental…