“Cómo los ricos destruyen el planeta”, de Hervé Kempf (Libros del Zorzal)
La visión del mundo de las clases dirigentes, que consiste en pensar que la única vía imaginable es aquella que conduce a acrecentar más y más la riqueza, no solamente es siniestra , también es ciega.
Es indiferente, da la degradación de la mayoría de las condiciones de vida de hombres y mujeres y consiste en dilapidar las posibilidades de supervivencia de las generaciones futuras.
Nos encontramos en un momento de la historia que plantea un desafío radicalmente nuevo a la especie humana: su dinamismo prodigioso colisiona con los límites de la biosfera y pone en peligro su porvenir. Vivir este momento significa que debemos encontrar los medios de reorientar esta energía humana y esta voluntad de progreso.
Es un desafío a la vez magnífico y temible.
Hervé Kempf es un reconocido periodista especializado en el medio ambiente. Trabajó en Courier International, La Recherche y desde hace años es un referente de peso en el prestigioso Le Monde.
Para el autor de este libro en el que ha seleccionado y organizado lo mejor de su reflexión sobre el tema, no se resolverá la crisis ecológica sin antes atacar la crisis social. Hoy es la oligarquía quien controla las finanzas, la economía y la política, además de los medios de comunicación en el mundo, la que amenaza el planeta.
Su lectura es fascinante por lo bien informada y bien contada. Me limitaré a enunciar algunos capítulos que es imposible no leer, lápiz en mano.
La catástrofe, ¿y ahora? Algo nunca visto desde los dinosaurios. El planeta ya no se recupera. Hacia el shock petrolero. Crisis ecológica, crisis social. Globalización de la pobreza. Los ricos, cada vez más ricos. La oligarquía mundial y ciega. La miseria ecológica. La secta mundial de los insaciables. El crecimiento y el aumento de la producción no son necesarios.
Y como postre: “La coartada del terrorismo”, impresionante. Celebremos el día de los “empleados de los organismos de seguridad”, de gran perspicacia y documentación. Criminalizar la oposición política. Hacia una vigilancia integral. Y el devastador “El capitalismo ya no necesita la democracia” que sólo es superado por algo que intuimos cada vez que ocurre alguna desgracia y la oposición se lanza a degÁ¼ello: “El deseo de catástrofe”.
Para concluir estas crónicas impresionantes con “La época de amargas renuncias que nos espera”.
J. C. Gª Fajardo