Enfoques cooperativos; Hoy: ¡Compañeros y compañeras, nuestro es el compañerismo!
Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos. Juan Donoso Cortés.
Dios se vale muchas veces de los débiles para abatir a los poderosos. Juan Donoso Cortés.
Existen en verdad muchas acepciones de la palabra “compañero”, la que me deleita es la acepción que dice que son aquellas personas que comparten el mismo pan.
¿Qué mayor gesto de solidaridad, fraternidad es aquel hábito de compartir un mismo pan?
En tiempos en que pareciera asentarse en mentes y corazones el individualismo y la mezquindad, nosotros, los cooperantes nos acrecentamos con cantos de amistad y compañerismo.
Hubo un tiempo en que desde la Argentina una mujer afirmó “Cuando un obrero me llama «Evita» me siento con gusto «compañera» de todos los hombres” .Todo un mensaje de amor fraternal y afecto social.
En el Peronismo, su líder fundador Juan Domingo Perón instauró el trato de compañeros entre los componentes de este gran movimiento político, concibiendo que el compañerismo es un trato entre pares, significa poner en valor las relaciones cotidianas en pos de una cultura amigable, y sobre todo de una cultura que une, que busca que el trabajar juntos implique una alegría para construir una sociedad feliz.
No resulta extraño entonces que Perón albergara en el cooperativismo sobradas razones para promocionarlo, para inculcar en las mentes y corazones de los niños y jóvenes la Educación cooperativa escolar y estudiantil inserto en el Segundo Plan Quinquenal.
Compañerismo como etapa superior de relación.
En el cooperativismo el trabajo es menos trabajo, pues juntos y equitativamente emprendemos la tarea; el miedo es menos miedo y el juego es más divertido, entonces podemos inferir que el compañerismo es una relación de escala superior.
Encontramos-sin mucho esfuerzo- que en el mundo existe una disputa fundamentalmente cultural expresada de mil formas y en ello los medios periodísticos constituyen la más eficaz vía. Sin dudas los detractores de la cooperación y la humanidad pretenden desmantelar el arraigo cultural del compañerismo como actitud social de relación.
Si el hombre ha de modificar el estado caótico e injusto actual del mundo, su primera actitud habrá de ser la de recuperar su condición humana y su correspondiente relación con sus semejantes, esa relación no puede ni debe ser de cualquier manera, debe serlo necesariamente una relación cultural de compañerismo.
Sentir, no solo a nivel emocional la relación entre pares, sin jerarquías ni privilegios, sino también a nivel de conciencia racional, desterrando el individualismo. Los residuos acumulados en el cerebro provenientes de una formación mezquina, acumulados y reproducidos en el diario andar pesan, y consecuentemente aíslan al individuo, uno de otros.
Estamos, sin remedio, en el campo de disputas de las ideas, y ello nos conduce inexorablemente a recuperar y fortalecer el valor cultural del compañerismo. Esa formidable tarea cultural encuentra en las cooperativas su mejor ambiente, su mayor escenario, su mayor promotor. ¡Sin dudas, compañeros y compañeras, nuestro es el compañerismo!
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
