EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Rajoy, rodeado de la plana mayor del Partido Popular, ofreció una rueda de prensa el pasado miércoles día 11, parece ser que aconsejado por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. En la foto se podía ver luciendo caras muy serias a todos los que arropaban a Rajoy, pero no de esas caras serias en las que se intenta dar al acto un tinte de absoluta rigurosidad, no, las caras eran más bien caras de funeral. El que más “afectado” estaba era Ruiz Gallardón. Parecía que se le había muerto uno de sus seres más queridos. En cuanto a Camps, la cara que tenía era de esas de ponerse a llorar o reírse. La de Esperanza Aguirre, la heroína de Bombay, tan enigmática, pero a la vez tan expresiva como siempre.
Como es sabido, en dicha rueda de prensa Rajoy arremetió contra el Gobierno, contra el ministro de Justicia, contra el juez Garzón y contra la Fiscalía, manifestando que el PP era objeto de una confabulación entre los estamentos públicos antes citados para perjudicarles electoralmente. Pero a Rajoy se le olvidó aclarar el porqué, si esto es una trama urdida contra él y su partido, ha obligado a dimitir al alcalde de Boadilla y a la teniente de alcalde, a la que por cierto, según los medios de comunicación, Esperanza Aguirre le pidió por favor que dimitiera, así como al responsable de Deportes de la Comunidad de Madrid. Si no hay nada sucio no hay motivo para cesar u obligar a dimitir a nadie. ¿O si lo hay?
Otra cosa que llama la atención es que Mariano Rajoy, dijo que el PP no tenía trato alguno con los empresarios supuestamente involucrados en esta trama de corrupción desde 2003. ¿Si no tenían contactos desde hace casi seis años, por qué el mismo miércoles del mes en curso, el periódico Información de Alicante nos ofrecía una foto de archivo en la que se ve a Rajoy en el acto central del PP celebrado en Valencia con motivo de las últimas elecciones generales, marzo de 2008, y en la misma foto se ve al propietario de una de esas empresas, concretamente a Álvaro Pérez, organizando a una fila de niñas para saludar a Rajoy que iban equipadas con camisetas en las que se decía “Yo soy la niña de Rajoy”? ¿Estaba allí, Álvaro Pérez, por pura casualidad?
Yo creo que antes de acusar a nadie de estar actuando de forma deshonesta como desde el PP lo hacen con el Gobierno, con el ministro de Justicia, con el juez Garzón y con la Fiscalía, lo primero que hay que hacer es medir las palabras y mirar en su trastienda por si hubiera quedado en ella algún elemento delator. Si todos estamos respetando la presunción de inocencia no veo motivo alguno que provoque la errática respuesta que están dando Rajoy y su partido.
Lo mejor para Rajoy es permanecer callado ya que cuando ha intentado relacionar al ministro de Justiciar con Garzón por haber coincidido ambos en una cacería, resulta que la cacería, a la que asistieron 50 personas, la organizó el secretario general del PP en Torres (Jaén) el cual se ha sentido muy molesto y ha declarado no estar de acuerdo con su partido por la “tergiversación” que éste está haciendo de dicha partida de caza. Pero Rajoy ha ido a más. Ha aprovechado esta coincidencia para romper el pacto por la Justicia que tenía establecido con el Gobierno. Una excusa pueril y sin un soporte razonable.
Y no critico el hecho de que, según algunos, en el PP se están escondiendo. Yo creo que si lo hacen es por cuestión de estética. No se puede ir por ahí luciendo una cara más propia de un funeral que de otra cosa. Eso no resulta agradable a la vista de la gente. Y menos con dos campañas electorales de por medio. La de Galicia y la de Euskadi.
Menos mal que en toda esta concurrencia de hechos nada favorables al Partido Popular, ha tenido que ser Federico Trillo, el que ha puesto la nota de humor en este magazín. Trillo, Federico Trillo, el del Yak-42, ha pedido la dimisión del ministro de Justicia. Lo que hay que ver, Trillo pidiendo dimisiones. Manda huevos, que diría él.