Seis de cada diez niños en Andalucía, al Sur de España, viven en extrema pobreza. Por esta razón, el Gobierno andaluz ha anunciado que los niños más necesitados tendrán la comida asegurada en el colegio. Una medida aplaudida, pero que ahora necesita de recursos para llevarse a cabo.
“Lo que antes era anecdótico, situaciones puntuales, hoy afecta a grupos muy amplios de la población española”, explican desde Unicef España. La crisis en la que se encuentra este país ha provocado que más de dos millones de personas vivan en situación de pobreza. Uno de los grupos más vulnerables, los niños, están siendo especialmente castigados, como aseguran organizaciones de la sociedad civil, como Unicef, Cruz Roja o Save the Children. Estas organizaciones alertan de que más del 25% de los niños españoles viven en situación de riesgo por pobreza. Y a cada una de estas cifras, hay que ponerles nombres, caras… niños, personas, familias que nunca hubieran pensado tener que recurrir a servicios sociales y de caridad para poder sobrevivir y poder comer.
Organizaciones, como Cáritas o Cruz Roja, han aumentado el número de ayudas que ofrecen, sobre todo, las más básicas: alimentos, ropa… También las asociaciones de barrio e incluso los comercios tratan de ayudar a los vecinos que peor lo pasan. Así, los bares y restaurantes han visto aumentar el número de personas que piden un bocadillo o un plato de comida. Muchos de ellos han puesto en marcha iniciativas solidarias para echar una mano, como dar de comer a personas desempleadas y a sus familias una vez a la semana.
Para la mayoría de los españoles el hambre no era más que algo que contaban los mayores, que pasaba en la posguerra. España es hoy un país que pasa hambre. Muchas familias de clase media han caído al pozo y pocos son los que acuden a su rescate. Dos millones de familias no tienen ningún ingreso ya que todos sus miembros se encuentran desempleados. Si no hay trabajo, no se pueden pagar los gastos, ni comprarse un abrigo nuevo ni ir a la compra. Esta es una nueva situación para España y el país se encuentra a contrapié.
Los profesores comenzaron con la voz de alarma sobre los problemas de las familias y las consecuencias en sus hijos. Miles de niños van al colegio sin haber desayunado y, algunos, sin cenar. Algunos profesores hablan de desmayos en clase y de falta de atención debido al hambre. Con la tripa vacía no se puede aprender. En los países del Sur, es común que las escuelas den la comida, el desayuno, la merienda… a los niños. Así, la medida que algunos gobiernos autonómicos, como el andaluz, proponen no es una iniciativa novedosa. En países de África, de Asia y de Latinoamérica, la alimentación en el colegio es habitual, sobre todo, para aquellos que más lo necesitan. Las organizaciones de cooperación llevan años realizando este tipo de proyectos con una doble función: que los niños no caigan en la desnutrición y que ayuden para que los niños aprendan más y mejor.
Sorprenden declaraciones como las del periodista Sáenz de Buruaga, que en su Twitter decía “otra ocurrencia de Andalucía. Los niños por decreto tres comidas al día. Por qué no una bicicleta”. Nada más que añadir.