Radiotelevisión Española (RTVE) ha lanzado Concienciados con la pobreza, una campaña para crear conciencia sobre la situación de pobreza en el mundo. Más de 20 programas de RTVE emiten entrevistas y reportajes sobre temas relacionados con la lucha contra la pobreza.
Personajes públicos, responsables políticos y de organizaciones sociales dedicadas a la lucha contra la pobreza y la exclusión hablan de sus consecuencias políticas y sociales. También se habla del papel que juega nuestro modelo de consumo en las desigualdades sociales, de la respuesta solidaria desde la sociedad en distintas partes del mundo, de la situación de los niños, de la mujer y de los inmigrantes, de la pobreza urbana, de iniciativas que surgen en materia de finanzas éticas, de comercio justo y de otros temas.
Este tema que afecta a miles de millones de seres humanos tendría que tener como ejes la educación y la sexualidad responsable para frenar la explosión demográfica. El aumento de la población en el último siglo ha provocado la presión actual sobre las materias primas que garantizan la supervivencia y que mantienen el modelo de consumo de las sociedades ricas. Pero volver a llevar la pobreza a la agenda mediática supone un paso más. Una televisión pública ha mostrado el papel que pueden tener los medios de comunicación en la transformación social.
En esta labor, muchos profesionales de la comunicación se topan con dificultades como la de convencer a sus propios jefes del interés general que tienen situaciones de injusticia “que sólo afectan a los pobres”. El periodista tiene que ser capaz de vincular a su público, muchas veces con un nivel de vida acomodado, con la enfermedad, la desnutrición de millones de niños, la escasez de agua, de vacunas y de médicos y las enfermedades. El hambre y la miseria nos afectan en la medida en que formamos parte de la humanidad en un mundo en que las relaciones causa-efecto quedan cada vez más patentes. Lo que comemos, el café que tomamos, el agua para la ducha esta mañana, la ropa que vestimos y hasta el coche que conducimos nos vincula con seres humanos que se encuentran a miles de kilómetros. En muchos casos trabajan en condiciones de explotación o malvenden para sobrevivir los productos que ahora consumimos.
Algunos programas encuentran dificultades a la hora de equilibrar la información que presentan sobre temas relacionados con la pobreza y derechos básicos. Hay pueblos que sólo figuran en los medios de comunicación cuando descarrila un tren, cuando un terremoto sacude una ciudad, cuando estalla un volcán, se desata la violencia, hay un tsunami o cuando se ha producido una hambruna y no antes, cuando los organismos internacionales ya alertaban de su riesgo.
El abuso de imágenes y de historias trágicas pueden conducir a cierto irremedismo por parte de los espectadores: “si todo está siempre tan mal, no hay nada que podamos hacer”. De ahí la importancia de contar también con testimonios de personas que se levantan todas las mañanas para hacer algo por transformar la realidad, que comienza por uno mismo. Muchos medios confunden el impacto, la actualidad, la proximidad y la importancia con lo negativo pero, todos los días, personas comunes protagonizan noticias positivas con esos mismos atributos de la noticia.
El contexto que aportamos desde los medios de comunicación puede facilitar la comprensión de lo que ocurre en el mundo porque desmonta tópicos, prejuicios y lugares comunes. Este contexto nos permite comprender también que lo más cercano se reproduce en otras partes del mundo, como si de microcosmos se tratara. Esto nos acerca a otros pueblos y a otras gentes porque nos hace ver más nuestras similitudes como personas que nuestras diferencias en la ropa o en el color de la piel.
Una vez que hemos aportado un contexto para comprender que no todo está perdido, surge la oportunidad de ofrecer propuestas alternativas a las situaciones de injusticia que nos rodean. Al contrario de lo que algunos empresarios de medios sostienen, los periodistas sí respondemos ante nuestros lectores y espectadores pero, sobre todo, ante una humanidad que precisa de un periodismo responsable y comprometido con la justicia.