Sociopolítica

Consignas convergentes

Vivir para ver o, mejor dicho, para leer. Se habla ahora mucho de la conveniencia o, incluso, necesidad de que los poderes públicos metan su patita en la banca.

Lenin escribió lo que sigue -cito a través de Daniel Estulin, El club Bilderberg, Planeta- en septiembre de 1917:

«Nacionalización de la banca. La propiedad del capital, que manipulan los bancos, no se pierde ni cambia cuando los bancos se nacionalizan y se fusionan en un único banco estatal, de modo que es posible llegar a una fase en la que el Estado sepa adónde y cómo, desde dónde y en qué momento se produce un flujo de capitales de millones y billones. Sólo el control de las operaciones bancarias, siempre y cuando se fusionen en un banco estatal, permitirá, de forma simultánea con otras medidas, que puedan ponerse en vigor fácilmente, recaudar el impuesto sobre la renta sin que se oculten propiedades ni ingresos. Por primera vez, el Estado tendrá capacidad para supervisar todas las operaciones monetarias, controlarlas después y regular así la vida económica; finalmente, obtendrá millones y billones para grandes operaciones estatales, sin pagar a los señores capitalistas desorbitadas comisiones por sus servicios. Facilitaría la nacionalización de los sindicatos, la abolición de los secretos comerciales y la nacionalización del negocio de los seguros; facilitaría el control de la mano de obra y su organización obligatoria en sindicatos, así como la regulación del consumo. La nacionalización de los bancos haría obligatoria la circulación de cheques para todos los ricos e introduciría la confiscación de la propiedad por ocultar ingresos. Los cinco puntos [sic] del programa deseado son, por lo tanto, la nacionalización de los bancos, la nacionalización de los sindicatos, la abolición de los secretos comerciales y la organización obligatoria de la población en asociaciones de consumidores.»

Este párrafo procede de un opúsculo titulado La catástrofe que nos amenaza y cómo luchar contra ella. ¿Les suena?

Jefferson, presidente de los Estados Unidos, país liberal por antonomasia, sostuvo en 1802 lo que a continuación transcribo:

«Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecen en torno a los bancos privarán a la gente de toda su posesión, primero por medio de la inflación, seguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.»

¡Caramba! Convergen, como se ve, las consignas. ¿Quién dijo comunismo? ¿Quién dijo liberalismo? ¿Quién dijo lo del nuevo orden mundial?

Jefferson, Lenin, Bush, Obama, Zapatero, Rajoy, Bruselas, el G-20… Todos iguales.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.