La cuestión es que quiere uno realizar en la vida. Debe enfrentarse a cualquier modismo contrario a su interés como aceptar su realidad. Avanzar como él es y elegir lo que verdaderamente le amplía los horizontes del conocimiento, aunque tenga que romper con estructuras, opiniones, influencias y dependencias. La libertad elimina la oscuridad del alma.
El silencio es muy importante siempre. No tienes que demostrar nada a nadie, tienes que ser tú, con tu bella presencia y con tu voz en el momento que sea oportuno. No es cuestión de dar a entender a los demás lo que sabes. Tienes mucho que ofrecer a la vida y a ti misma. Sigue avanzando por la templanza, por la calma y por la serenidad. Ve al parque de vez en cuando, siéntate en un banco y respira el silencio de los árboles. Observa a las personas. Fija la mirada en ellas y comprende el ritmo humano. La observación es un gran conocimiento, quizás el mayor.
¿Me escuchas? ¿Me escuchas? No me escuchas, pero sí me lees. Lee estas líneas desde el silencio de tu alma, desde la calma tempestad de una excitación y un sosiego. Escucha las letras que lees. Profundiza y escucha su música, la sintonía de unas palabras que buscas y encuentras.
Tienes un diccionario a tu alcance: vocales y consonantes, donde puedes elaborar tu propia armonía, tu música sagrada. Tus frases serán la partitura del concierto de tu corazón, de tu añorado y esperado mundo espiritual.
Escribe, relata los sueños dormidos, los ideales trastocados, las ilusiones perdidas. Une esas letras que hacen palabras de un símbolo del amor, de la realidad de tu existencia, de tus inquietudes universales.
Lee y medita. ¡Cuánto he escrito! Dirás. ¡Cuántas asignaturas quedan pendientes! Reflexionarás. ¡Cuánta riqueza hay en la Creación! Sentirás.
Sigue invocando a la inspiración, a la luz de tu alma. Abre las puertas hacia el Universo e inspecciona su escritura. Observa las letras, su posición y su orden, y confecciona tu propia versión.
Nuestra existencia es como el mar: calmo y bravo. Nuestras vivencias, según el destino. Y nuestra conducta, según el carácter.
Siente como cada línea es el viento huracanado, la suave y fría brisa de la montaña, el rocío del amanecer, la calidez del atardecer, las sombras mudas de la noche eterna.
Ya no me lees ni me escuchas: escuchas a tu silencio y lees las letras de tu aplicada es instructiva elocuencia, porque has conseguido tu iluminación.
Ya eres el escritor, filósofo, poeta, que hablas, escribes, relatas, como trovador y juglar, los mensajes de un Universo Espiritual abierto a quien vive, siente e intuye los Códigos del Universo, sus claves y su fórmula nacida desde el Principio de los Tiempos.
Descansa en la paz del guerrero. Pronto te sentarás bajo una encina y contemplarás en su silencio las tierras fértiles de tu alma.