Desde mi punto de vista estamos viviendo en unos momentos cruciales para el futuro de España y también para Aragón. Creo que, de continuar las cosas por el mismo camino, la corrupción y el problema catalán podrían convertirse en la gota que colme el vaso de la paciencia de la mayoría de españoles, que no tenemos porqué pagar las aventuras secesionistas de unos iluminados nacionalistas, ni la desfachatez de los partidos políticos que promueven, legislan y utilizan las leyes en España para blanquear el dinero de algunos, incluyendo el dinero que miembros de su propio partido blanquean descaradamente. La corrupción está instalada hasta en la cúpula del PP, para pagar sobresueldos con dinero en «B» que no paga impuestos y del que no se conoce su procedencia, mientras el resto de ciudadanos estamos ahogados a impuestos, impuestos que ellos han dictado.
Estamos viendo a unos políticos aprovechados, a quienes no les es suficiente con haber dejado devastada a media sociedad española con su ineptitud e ignorancia económica, además quieren acabar por rematarnos. Muchos de estos políticos son actores de pandereta, creen que soltando alguna lagrimilla de cocodrilo nos van a convencer de su gran sensibilidad, cuando muchos de ellos sencillamente no han tenido piedad, ni les importa haber dejado o dejar a su pueblo en la más absoluta miseria. Los políticos viven para su realidad, no para la nuestra; para mantener sus privilegios, no para garantizar nuestro bienestar; la crisis y el paro no van con ellos, salvo por que les resta votos. Pero ya se encargan, y bien, de reformar las leyes electorales para blindar su posición de privilegio. La verdad es que la gran mayoría de españoles estamos muy hartos también de la corrupción política, cada día que pasa nos encontramos con nuevas sorpresas de la corrupción que arrasa España. Por eso hoy más que nunca, necesitamos verdaderos líderes a quiénes apoyar. Líderes con coraje para «formatear el sistema» y volver a empezar.
Somos conscientes también, del uso ideológico torticero, que lo que busca es controlar la voluntad de los ciudadanos apoyándose en la manipulación y los sentimientos nacionalistas, generando conflictos innecesarios, y arrasando con cualquier presupuesto. Los políticos de la izquierda aragonesa tienen la lección bien aprendida y pretenden trasladar también el modelo a Aragón. Quieren hacer lo mismo que a los catalanes: empezando por inocular a nuestros hijos desde muy pequeños de ese infame virus nacionalista, que les ha permitido mantenerse en la más absoluta impunidad, a pesar de todas sus fechorías. Esos y no otros son los objetivos de nuestros políticos de la izquierda aragonesa, nos imaginamos que estará ocurriendo en algunas Comunidades Autónomas de España, y que se resume en el «control ideológico de la sociedad». La justificación de semejante tropelía probablemente se encuentre en la necesidad de la izquierda de buscar un otro modelo de control social, el enfrentamiento de clases ya no tiene futuro, suponemos que tampoco lo tiene el más reciente movimiento de control ideológico feminista del PSOE.
Además, he pensado que también tiene que haber algún tipo de recompensa, y probablemente venga directamente de Cataluña, sino no se entiende que los políticos aragoneses sigan intentando trasladar el problema de identidad de los catalanes a Aragón, queriendo volver a imponer sus tesis para que el catalán forme parte de las lenguas oficiales en Aragón; más aún sabiendo que en un estudio que avala la Universidad de Zaragoza, y ateniéndonos a las estadísticas, tan solo el 0,01% de la población aragonesa se considere a sí misma como catalano parlante. Ni qué decir de la fabla, esa lengua estadísticamente «no existe». Por eso digo que tienen que haber otras razones para que los políticos de la izquierda aragonesa vuelvan sobre sus pasos. O bien son auténticos cansinos, que lo dudo, o tienen ciertos intereses ocultos para intentar vender su sarta de mentiras a la población aragonesa.
Chunta, aliada de Ezquerra Republicana de Cataluña quizás debe haber visto además que la política de su socio en las europeas le trae muy buenos réditos políticos, por eso habrán decidido copiar el modelo secesionista catalán, siendo «bien pensados» naturalmente. Modelo que evidentemente no les va a funcionar en Aragón, pues la situación de los aragoneses respecto al catalán y la fabla es diametralmente distinta y, porque hay muchísimos aragoneses con dos pares de narices que se lo impedirán.
Lo desagradable de todo esto, es que a nuestros políticos aragoneses les importa un rábano que la población esté hastiada de lo que está sucediendo en Cataluña, y que ellos a lo suyo, intentando conseguir financiación para sus fines partidistas. El coste que supone la posible escisión de Cataluña ni se lo plantean, como tampoco se han planteado que una mafia anclada en el poder asole las arcas catalanas. Solo piensan en su parte del botín. Mientras que el principal partido en el gobierno, el PP, bien gracias. Pero ¿cómo van a hacer algo, si estamos viendo que tampoco tienen las manos limpias? Es que ya no tienen poder moral para intervenir, menos aún luego de los escándalos de corrupción de su partido. Bueno, para ser sinceros, jamás han estado por la labor de acabar con la mugre que ensucia nuestras instituciones, si acaso ya se sabe: «el polvo bajo la alfombra que allí no se ve».
La indiferencia de nuestros políticos es supina con todo lo que están sufriendo muchos compatriotas aragoneses y españoles. Demuestra qué tipo de personajes están conduciendo nuestros destinos. Políticos que pretenden gastarse el dinero en cosas tan absurdas como que en la administración aragonesa existan formularios en catalán, o el querer imponer en las escuelas de todo Aragón la fabla, y que al menos el 50% de las asignaturas que se impartan sea en una lengua que no habla prácticamente nadie, y a lo que hay que añadir también el catalán en la zona oriental de la geografía aragonesa, manda narices. O que se subvencionen como quiere el PSOE a las productoras audiovisuales que realicen programas en catalán; o querer obligar a todos los estamentos de la justicia en Aragón a aprender catalán y fabla, es como para darles un repaso pero bien. En eso ocupan su tiempo nuestros insensatos políticos de la izquierda aragonesa, en eso y en gastar nuestro dinero naturalmente, en vez de buscar aliviar la situación económica de muchos ciudadanos.
Son, para ser exacto 169 enmiendas las que presentaron CHA, IU y PSOE en las Cortes aragonesas para modificar una nueva Ley de Lenguas presentada por PP-PAR. 169 enmiendas que no tienen desperdicio, por estúpidas e inconsistentes. Podría explicar cada una de estas enmiendas, pero ya hay bastante literatura en Internet y créanme no merecen la pena ninguna, al final además, todas fueron rechazadas en el pleno del pasado trece de Diciembre de dos mil doce por la coalición en el gobierno. Lo que sí que creo que merecía la pena, es dar a conocer cuáles son las intenciones de la izquierda y, con estas enmiendas han quedado todos retratados. Por eso insisto, necesitamos verdaderos líderes con coraje para «formatear el sistema» y volver a empezar, para que nuestro sistema sea más ágil, más transparente, más libre y más humano.
Gunther Zevallos