Según un estudio realizado por la Universidad de Barcelona, la corrupción no tiene un gran impacto sobre los resultados electorales. Dependiendo de la ideologÃa del encuestado, este suele tolerar más o menos el que los polÃticos se forren, mientras que la ciudadanÃa sufre las consecuencias de semejante depredación de las arcas públicas en beneficio propio o, en algunos casos, para pagos de interminables campañas electorales.
Un estudio realizado en Canarias cifra en 40.000 millones anuales el coste social de la corrupción en España. Semejante cifra, una enorme barbaridad que costeamos todos los contribuyentes, y la merma de servicios públicos y recortes que arruinan a buena parte de la población española, en mi opinión ha despertado y concienciado a la ciudadanÃa sobre semejante problema.
No hay un solo dÃa que la FiscalÃa Anticorrupción, la policÃa y la Prensa no nos anuncien que han cazado a algún nuevo corrupto y, en su mayorÃa, suelen ser de un mismo partido polÃtico, posiblemente porque en los últimos años se le entregó el mayor poder municipal y autonómico que nunca se haya tenido.
Metroscopia ha realizado un estudio sobre el reflejo electoral de la corrupción en la Comunidad Valenciana. Después de 19 años gobernando —15 gracias a cuatro victorias consecutivas por mayorÃa absoluta—, el PPCV se alejarÃa de la presidencia del Consell, según la estimación electoral. Lo más probable: volverÃa a ganar pero por una mayorÃa simple que abrirÃa la puerta a posibles pactos postelectorales que dejarÃan a los populares al margen. ¿Cómo es posible que con los miles de millones de sobrecostes en las obras publicas volviera a ganar las elecciones, aunque fuera solo por mayorÃa simple?
Posiblemente la oposición necesite ganarse una mayor confianza del electorado, haciendo propuestas firmes contra la corrupción. Hasta ahora solo Toni Gaspar, candidato a las primarias del PSPV, ha hablado sobre la necesidad de eliminar el privilegio de los aforados.