EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
En su comparecencia del pasado martes ante los medios de comunicación Ricardo Costa, ha dejado bien claro que él se ha limitado siempre a seguir lo ordenado por el presidente nacional, Rajoy, y por el presidente regional, Camps y que nunca ha actuado al margen de las directrices de la dirección del partido. Después de dejar todo esto bien claro, ha dicho también que a él nadie, ni desde Madrid ni en Valencia le dio instrucciones para que no tratara con Orange Market ni con ninguna otra empresa.
Costa, lo ha explicado muy bien y, a lo mejor sin pretenderlo ha dejado la duda en el aire de la posibilidad de que el recibiese instrucciones para tratar con Álvaro Pérez (El Bigotes). Lo que si queda claro es que fue Camps quien le presentó a Costa a El Bigotes.
Pero en todo este caso y en lo que afecta a la Comunidad Valencia se está poniendo en evidencia el enorme esfuerzo que desde el PP se está llevando a cabo para conducir el caso GÁ¼rtel por el camino de los trajes, asunto ya archivado pero que muchos ciudadanos están esperando que se derogue ese archivo, y por el del coche de Costa. De lo de los pagos en dinero negro, dinero ilícito, bien documentado en el informe policial al cual el Tribunal Superior de Justicia de Valencia no ha prestado la menor atención y el de la presunta implicación de algunas empresas constructoras en una supuesta financiación ilegal del PP y de la contrataciones concedidas a dedo a las empresas de la misma naturaleza que Orange Market no dicen nada. Por lo visto quieren echar tierra sobre ello porque en todo eso está la parte mollar del caso GÁ¼rtel la parte en la cual puede existir la posibilidad de demostrar que el PP está, o estaba, presuntamente financiándose ilegalmente.
En cuanto a la pena que se le ha impuesto a Camps, la suspensión temporal, o lo que sea, menudo lío se han hecho ellos mismos, ya veremos cómo salen de él, la verdad es que nos da la verdadera dimensión de hasta qué punto en el PP quieren minusvalorar lo que puede ser el mayor escándalo de corrupción de la democracia. Si en todos los estatutos de asociaciones y partidos políticos figura en qué grado se deben de delimitar las faltas, leves, graves y muy graves, a Costa le han aplicado el equivalente a una falta leve, y tiene razón de ser si tenemos en cuenta que, según ha dicho en su comunicado, él se ha limitado siempre a cumplir las órdenes de Rajoy y de Camps, por lo tanto no hubiera sido justo que le hubiera aplicado el concepto de grave o muy grave, lo que podía suponerle la expulsión del partido, mientras los otros se van de rositas. Casi con seguridad en la mente de muchos españoles se ha instalado el pensamiento de que Costa puede haberse convertido en un tonto útil. En mi opinión a Costa lo han puesto en medio de todo el follón como punto de atención para distraer la atención de los ciudadanos sobre la realidad de los hechos. Esa especie de acuerdo de crear una comisión interna de investigación, suena a broma por no decir a cachondeo.
Como decía Macario, uno de los muñecos de José Luís Moreno: ¡Me lo explique!