Como quiera que mi reciente artículo… ¿Por qué se teme al despido libre? Y en el que exponía, que el trabajador… sí tenía ese derecho de “despedir libremente a su empresario sin indemnización alguna… ha traído la polémica consiguiente en los medios donde soy conocido; y me han llovido “disparos” de todo tipo, incluso hasta (cosa rara) quienes han entendido lo positivo de ello; es por lo que completo el tema con éste de hoy y que no incluí por no hacerlo demasiado largo.
De siempre me ha extrañado y sorprendido, el afán de “los que dirigen (es un decir) las centrales obreras, por masificar los convenios colectivos, que en demasiados casos lograron hacerlos incluso de ámbito nacional.
Esto tiene otra intención y que es el aumentar el poder de dichas centrales o mejor dicho de quienes las dirigen, que como hoy ocurre viven enormemente bien, precisamente por cuanto ejercen un poder que no beneficia al conjunto de obreros (ni a la economía) y de forma correspondiente o equitativa. Veamos.
El nivel o costo de la vida, no es lo mismo en Madrid, Bilbao o Barcelona, que en Jaén, Granada o Cáceres. El costo de la vida cotidiana es más alto o mucho más alto o más bajo, según la ciudad donde se habita. No hablemos de los pequeños pueblos (o ciudades) donde la vida y en general, resulta mucho más económica en muchas de las cosas cotidianas y necesarias.
Yo y por ejemplo en Jaén donde nací y vivo, puedo desayunar bien, con un vaso de leche con una bolsita de té y una “gran” media tostada en pan de chapata, con abundante aceite de aceituna, pasta de tomate e incluso con un diente de ajo, por la módica cantidad de 1,50 euros… “y además me sirven un gran vaso de agua riquísima y fresca, de propina”… y aún me sonríe el dueño, agradecido por mi cotidiana visita. ¿Cuánto vale lo mismo en alguna de esas ciudades antes mentadas? Piensen pues en todo lo demás, sin olvidar el gasto del transporte en esas urbes ya indeseables por su “grandeza tan enormemente complicada por la masificación”.
Por todo ello y muchas cosas más, donde entra de lleno la capacidad y dignidad del ser humano como ser individual que es… “y no miembro de una manada o rebaño que siempre quieren controlar los demagogos”… lo positivo sería la contratación individual y que cada cual cobrase lo que en realidad pactase con su empresa o empresario. Y ni se me hable de abusos, puesto que existe la fuerza de la huelga, pero huelga en la empresa, no es necesario más… “ya pactarán empresa y obreros”.
Para mí es una aberración o injusticia, el que un obrero que rinde mucho más a una empresa, cobre al final de semana, mes o año… “igual que el rácano, dejado, inútil o incapacitado, que por lo que sea lo han encuadrado (“militarizado que es de lo que tratan siempre los demagogos”) en una escala establecida por mor de esos encuadramientos igualitarios que la realidad demuestra no lo son en absoluto.
Por tanto y reitero, lo conveniente sería la contratación libre y a cara de perro entre obrero y empresa o empresario, todo lo demás es crear obstáculos y dar a algunos que no lo merecen, algo que se les quita a los que sí lo merecen y mucho más de lo “igualitario”. Ello y por otra parte, crearía el afán del estímulo y la superación y lo que redundaría en beneficio de todos.
No digo nada que yo no haya experimentado, puesto que y como afirmé en mi citado artículo, yo no firmé nunca una nómina… y sí, tuve muchos jefes y yo fui obrero, pero siempre contratado “a un tanto según producción” y me fue divinamente con contratos libres y firmados entre una empresa y un obrero… y nada más. Fueron tiempos en que incluso la sanidad y mi futuro, tenía que prevenirlo yo… y lo previne con éxito; indudablemente pasé miedos pero los supe superar.
En lo que pudiera ser muy engorroso o laborioso, admito el convenio entre obreros que sostienen una sección de la empresa y antes discutido entre ellos, pero sin interferencias exteriores que todo lo estropean. Y ello es así, por cuanto cada sección o departamento empresarial es diferente y con diferentes tipos de trabajo. Ya es injusto (para mí) el convenio empresarial completo y por lo mismo; por tanto no digamos del convenio englobando un municipio, provincia, región y ni hablar del nacional y por cuanto queda dicho.
Es claro que entonces los sindicatos sobraban… pero la pregunta cumbre es reconocer fríamente… ¿Para qué han servido o sirven…? responda el que quiera o pueda.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí más temas)